La restauración del monumento aportó información adicional sobre las sucesivas intervenciones hechas a lo largo de la historia, además de curiosos descubrimientos
01 jul 2018 . Actualizado a las 09:26 h.El minucioso proceso de restauración del Pórtico de la Gloria, además de suponer un avance en el uso de las más modernas técnicas de recuperación del patrimonio, añadió también una información de incalculable valor para los historiadores porque reveló aspectos de su construcción, de sus posteriores intervenciones y de episodios históricos relacionados con la catedral de Santiago que no se conocían.
rigor y excelencia
Protocolos internacionales. Además de contar con especialistas de las universidades gallegas y de las instituciones académicas más reconocidas en el mundo, el trabajo se realizó poniendo en práctica los protocolos de los organismos internacionales que velan por la excelencia y las buenas prácticas en este tipo de intervenciones.
fases del proceso
Diagnóstico e intervención. El proyecto se puso en marcha en el año 2009 con los estudios previos y diagnósticos para la redacción de la propuesta de intervención. En el 2015 se montaron los andamios y se procedió a la restauración, para la que se contó con especialistas en muy diversas materias: iconografía, talla, técnicas decorativas, policromado y estética a lo largo de los siglos.
policromías
Primera etapa. Fue posible recuperar parte de la decoración original, la medieval, con vestigios en algunas figuras pintadas en azul lapislázuli y para cuyos adornos se emplearon láminas metálicas de oro puro y también de plata. La datación pudo realizarse gracias a técnicas de microscopia estereoscópica.
Segunda etapa. Del siglo XVI, coincidiendo con las primeras modificaciones de la fachada y de importantes obras en el templo. Los azules son azuritas y las encarnaciones, de un color más intenso que en las primeras policromías. Destacan las túnicas y los brocados aplicados con técnicas flamencas, con ricos tejidos bordados en oro, tal y como se conserva en los mantos y túnicas de los profetas y de los apóstoles.
Tercera etapa. Es la más visible y data del siglo XVII. Hay más láminas de oro que en la renacentista, lo que aporta un carácter barroco al pórtico. Crispín de Evelino policromó los rostros, manos y pies en 1651, de lo que dejó constancia en el único documento sobre las policromías que se conserva en la catedral.
Policromados posteriores. Hubo otras intervenciones que dejaron huella también en el proceso, a veces con la intención de reparar las zonas más deterioradas. Se apreciaron, además, restos de veladuras en las figuras y encalados blancos o coloreados a partir del siglo XIX.
la réplica de londres
Útiles para el vaciado. Entre otros monumentos de interés internacional, el Victoria and Albert Museum de Londres incorporó en 1866 una réplica del Pórtico de la Gloria. Los trabajos de restauración permitieron hallar en una junta del tímpano un cuchillo con restos de escayola y una caja de cerillas del último cuarto del siglo XIX que se utilizaron para el vaciado de yeso. Un proyecto europeo impulsó una investigación sobre la relación entre las dos obras.
Lluvia de millones para recuperar el color de paredes y pilares de la iglesia parisina de Saint-Germain-des-Prés
E. V. Pita
La restauración del color del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago no es el único ejemplo en Europa de la recuperación de los pinturas sobre la piedra. Otro ejemplo espectacular es el de la iglesia más antigua de París, Saint-Germain-des-Prés, fundada en el año 543 en el corazón del barrio latino. Las misas de esta antigua abadía medieval francesa se están oficiando de forma precaria en medio de andamios cubiertos de lonas porque el templo lleva varios años en obras para restaurar sus pinturas interiores y su colorida decoración de paredes y pilares. Inversores privados prevén captar y destinar cinco millones de euros hasta el 2021 para recuperar el colorido interior del templo y restaurar sus pinturas medievales. Por esta iglesia pasaron gobernantes merovingios en el año 1000, artesanos góticos y frescos de Hippolyte Flandrin del siglo XIX. El proyecto pretende preservar un patrimonio artístico que incluye una cúpula celeste adornada con estrellas. Los donantes pueden adoptar un astro de la bóveda recreada en el techo.
La tercera fase para recuperar la iluminación artística de la histórica iglesia comenzó hace unos meses. La primera fase incluyó mejoras en el crucero, que alberga pinturas de Flandrin. En la segunda, se decoraron con fintas y otros símbolos geométricos las desnudas columnas de piedra, incluso optando por tonos pastel, por lo que ahora los sacerdotes celebran la misa rodeados de un gran cromatismo que da una nueva visión del templo como un escenario repleto de color y pinturas.
La catedral madrileña de La Almudena es otro ejemplo de basílica que ha apostado por el color, con la adquisición de obras del pintor Kiko Argüello para decorar el interior, aportar luz a las vidrieras y darle mayor luminosidad y cromatismo al altar y el cuerpo central.