En Barbanza hay todavía mucho por descubrir, en cualquiera de los 11 municipios de su extenso territorio, y estas son solo algunas pequeñas píldoras de por donde empezar a conocer la comarca.
Noia
Araucarias. Con más de 150 años de vida, las araucarias que presiden la huerta de la Casa do Marqués son los únicos ejemplares de la comarca incluidos en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia.
Una sirena. Aunque es un lugar que forma parte del patrimonio inmaterial de Noia, punta Paralada es muy poco conocida. Este enclave, también denominado Pedra da Fada, tiene unas vistas espectaculares sobre la ría y el estuario del Tambre, y la leyenda cuenta que allí vive una sirena.
Outes
Vistas a la ría de Muros-Noia. El ascenso al monte Tremuzo y la subida al Castelo son dos visitas de referencia en Outes para descubrir unas privilegiadas vistas de la ría y conocer elementos patrimoniales como la fuente milagrosa de San Bieito.
Rianxo
Verde y agua. Es un lugar conocido entre los rianxeiros, pero no tanto para los residentes en otros municipios de la comarca. El Pozo Bastón es una piscina natural en el curso alto del río Té a donde solo se puede llegar caminando por un bosque de ribera.
A Pobra
El monasterio escondido. Las piscinas naturales del río Pedras atraen a cada vez más visitantes, pero pocos saben que para llegar a ellas hay que pasar por los restos de un antiguo monasterio, A Miserela, excavado en el 2017.
Boiro
Castro do Achadizo de Boiro. Todo el mundo tiene como referencia de la arqueología boirense, y también barbanzana, el castro de Neixón, sin embargo, en Boiro hay otro asentamiento que destaca por su larga ocupación y por su situación en la península de Cabo de Cruz.
Porto do Son
Múltiples rutas por el litoral. Las múltiples rutas existentes permiten recorrer a pie prácticamente todo el litoral sonense. A Ornanda, castro de Baroña, monte Tahume o Caveiro son algunos de los lugares de paso.