En el territorio barbanzano hay enclaves que atraen a miles de visitantes por su belleza, pero que también se convierten en escenarios de tragedias
08 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Barbanza es una comarca que tiene en su territorio enclaves espectaculares que atraen a miles de visitantes por su belleza, pero que también son noticia por rescates y accidentes que, en varias ocasiones, acaban en tragedia. Los últimos sucesos tuvieron lugar en la senda del río Tambre, en Noia. María José Arufe perdió la vida al precipitarse por un terraplén a principios de marzo. Juan Alberto Gasamans tuvo más suerte el pasado fin de semana, ya que sufrió el mismo percance pero tuvo mejor final. Ahora se recupera de los golpes, pero sigue con el susto en el cuerpo.
En el municipio de A Pobra se localizan las piscinas naturales que forma el río Pedras. Un paraje digno de contemplar, pero en el que hay que extremar las precauciones. No es extraño que hasta allí se tengan que desplazar los servicios de emergencias y los rescates no son sencillos, debido a la dificultad que existe para acceder.
Uno de los mayores problemas es que los visitantes acuden sin calzado adecuado para transitar por un terreno traicionero. También lanzarse por las piedras como si de un tobogán se tratara puede salir caro. En este entorno ya han fallecido varias personas y se han producido lesiones medulares.
Otro punto muy concurrido es el monte Pindo, en Carnota. La orografía del terreno complica el tránsito y más de un senderista tuvo que abandonar el Olimpo Celta en camilla e, incluso, en helicóptero con algún hueso roto.
Tampoco sería la primera vez que un excursionista tuviera que pasar la noche al raso después de perderse y no lograr regresar al punto de partida. Este enclave, además, cuenta con el condicionante de la niebla, que rápidamente puede cubrir todo y hacer que orientarse sea prácticamente imposible.
En el mar
Cuando se accede a un arenal, lo primero que se ve es un cartel que alerta de su peligrosidad, hay que tener cuidado. Ocurre en muchas playas de Porto do Son y siempre hay quien, a pesar de ello, no extrema la prudencia. Mar abierto, fuertes corrientes y oleaje considerable puede ser una combinación fatal.
Por ello muchos de los ahogamientos que se registran durante el verano en Barbanza suceden en el municipio sonense. Aguieira, Queiruga, Arealonga, As Furnas y la playa de río Sieira son algunos de los arenales que se han cobrado vidas en los últimos años. Son entornos naturales privilegiados, pero también salvajes.
El riesgo se extiende a otros municipios, ya que en Ribeira playas como la de O Vilar y A Ladeira fueron escenario de sucesos trágicos. En Carnota, el arenal de Ancoradoiro también ha sido noticia por el mismo motivo. En este caso, no fue por desconocimiento del medio marino, ya que el fallecido era patrón de pesca y natural de Muros.
Precisamente, en la localidad muradana está otro de los puntos donde los rescates no son inusuales: monte Louro. Mucha gente sube a ver la puesta de sol y a la hora de bajar se desorienta cuando ya es de noche. Esto provoca que se salgan del camino y no sepan llegar abajo.
Los profesionales que auxilian a las víctimas de estos sucesos lo primero que recomiendan para evitarlos es usar el sentido común y apelar a la prudencia, ya que nunca hay que confiarse al estar en plena naturaleza.