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Los paraísos que esconden las rías de Pontevedra y Arousa a bordo de un velero

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

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La travesía Naútica-Xacobea impulsa el Camino de Santiago en barco. Hacemos la etapa entre Sanxenxo y Vilanova, que bordea la isla de Ons, A Rúa o A Illa

20 jun 2021 . Actualizado a las 19:42 h.

El día no acompaña. Después de alcanzar temperaturas de 30 grados, la jornada amanece nubosa y con un chispeo en tierra que mar adentro se complicará. Es la penúltima etapa de un peregrinaje a Santiago que llevará a un grupo de europeos desde Portonovo hasta Vilanova, donde harán una pequeña escala antes de continuar hasta Ribeira, en la cara norte de la ría de Arousa. Porque a Santiago se puede llegar por mar y por tierra. La Asociación de clubes náuticos de Galicia (Asnuaga) ayudó a impulsar la travesía Náutica Xacobea, un formato alternativo del Camino de Santiago por mar. Para ello hay que hacer a bordo 90 millas y un mínimo de cinco kilómetros a pie. Con eso basta para que el Cabildo conceda la compostela. Pero esta travesía en barco es, además, una ruta turística que esconde rincones que desde tierra quedan ocultos.

Son cerca de las doce de la mañana cuando el velero de 12 metros de eslora arranca desde el muelle de Portonovo y en apenas unos minutos queda atrás la capital turística de las Rías Baixas. El cielo se nubla y el paisaje se difumina al salir de la ría. Antes de que la niebla oculte la costa, los arenales de Canelas, Montalvo y Paxariñas perfilan una línea de mar, arena y montaña que merece la pena disfrutar. Hacia popa, solo mar y nubes. A ocho nudos y con viento a favor, el velero deja atrás la ría de Pontevedra y comienza a dibujar la isla de Ons.

Al abrigo del Parque das Illas Atlánticas, los peregrinos europeos que hacen esta travesía inaugural se levantan para fotografiar la playa de Melide. Un matrimonio alemán, que dio la vuelta al mundo en velero y ahora están haciendo este Camino, reconocen que es una de las imágenes más espectaculares que se han encontrado. Antes de dejarla atrás, el patrón del barco avisa de que el mar empeora y dejar atrás la ría de Pontevedra para adentrarse en la de Arousa será complicado con la meteorología adversa. Tenía razón. En unos minutos la niebla oculta la costa y el mar se pone más serio, al menos a ojos de principiantes. Detrás queda el que es, según los navegantes, uno de los puntos más espectaculares de la travesía, el vértice entre la ría de Pontevedra y la de Arousa.

ramon leiro

Pasado esta zona de niebla, ya se empieza a ver O Grove a lo lejos y en medio de la ría, se asoman la isla de A Rúa y la de Areoso. La primera es una formación rocosa con un faro gemelo al de Ons, mientras la segunda tiene una de las playas más espectaculares de la zona y es un punto turístico más de las Rías Baixas.

A Illa de Arousa

Bordear la Illa de Arousa se convierte en la última sorpresa para el equipo de europeos que navegan en esta embarcación de Sailway, una empresa que ofrece hacer esta travesía Náutica Xacobea por un precio que ronda los 600 euros. Incluye los amarres en los puertos deportivos, los permisos para fondear en Ons y Cíes, el alojamiento a bordo y el servicio de desayuno y comida en el barco en cinco etapas, aunque hay opciones de hacerlo en más o menos días. Las bateas y los barcos mejilloneros se cuelan en este paisaje marítimo que después de horas de niebla y mal tiempo empieza a apaciguarse y despeja la costa para poder ver el puerto do Xufre y un poco más tarde, el puente que te lleva hasta A Illa de Arousa.

Esta es la última etapa de la travesía Náutica Xacobea por el Sur. La primera fue desde Baiona a Vigo, la siguiente desde ahí a Rodeira (Cangas) con final en Portonovo, y esta que va desde Sanxenxo hasta Ribeira pasando por Vilanova de Arousa. El último tramo acaba en Portosín y se cogerá el coche hasta Bertamiráns, desde donde se partirá caminando cerca de 12 kilómetros hasta la Catedral de Santiago. Se ha cumplido el objetivo. La credencial está sellada después de un peregrinaje sobre olas que ha descubierto los secretos de la costa de Pontevedra y Arousa a bordo de un velero de doce metros.