Una leyenda que revive en año santo

Una de las muchas leyendas que rodean el fenómeno jacobeo habla de un noble medieval portugués que se iba a casar con una joven gallega y escogieron para celebrar la boda el concello de Bouzas, porque les quedaba a mitad de camino. Durante los festejos nupciales, el novio participaba en un juego que consistía en tirar una lanza al aire y luego recogerla montado a caballo. Cuando el protagonista de la historia arrojó su arma, el viento la empujó hacia el mar y al ir a cogerla acabó engullido por el agua. Todo el mundo se temió lo peor, pero justo en ese momento cruzó por la zona la barca de piedra que trasladaba los restos del Apóstol y se obró el milagro: el caballero revivió y salió a la superficie todo cubierto de conchas de vieira.

Además de dar a conocer esta historia, la Asociación de Amigos da Ruta Marítima O Cabaleiro das Cunchas puso en marcha hace 12 años una peregrinación por mar, que el verano pasado tuvo que suspenderse por culpa del covid. Ahora se ha retomado la iniciativa y, en un principio, la idea era que el recorrido permitiera visitar los puertos de Povoa do Varzim, Aveiro, Vila Nova de Gaia y Viana do Castelo, en Portugal, para luego seguir el camino náutico por Baiona y finalizar en Portosín. Sin embargo, la evolución epidemiológica en el país vecino se ha vuelto a complicar, lo que ha llevado a la organización a plantearse otra alternativa.

Javier Grande, presidente del colectivo, reconoció que su intención es realizar siempre un pequeño tramo lo más fiel posible al de la Traslatio —traslado de los restos del Apóstol desde Palestina a Galicia—, «pero vemos que se está complicando mucho todo, e incluso podría ser que no nos dejasen bajar a tierra en los puertos portugueses». Aunque todavía queda casi un mes para que esta ruta marítima parta del puerto de Bouzas —saldrá el 31 de julio—, los promotores ya se han puesto manos a la obra para diseñar un trayecto alternativo que recalaría en los puertos de Cabo de Cruz, Camariñas y A Coruña, para luego emprender el viaje de vuelta parando en algún concello de la Costa da Morte, y poner punto y final a la travesía en Portosín.

Sellar la compostela

Una vez en tierra, los participantes viajarán en coche o autobús hasta O Milladoiro, y desde allí realizarán el último tramo a pie para acabar delante de la catedral de Santiago. «En cada puerto los participantes deberán sellar su acreditación, y luego al llegar al final del recorrido caminando se les concede la compostela», explica Grande, que apunta que esta ruta fue la primera marítima respaldada por el Arzobispado.

Normalmente, en las diez ediciones anteriores, se sumaban a esta iniciativa entre 27 y 30 embarcaciones, pero el presidente de la Asociación de Amigos da Ruta Marítima O Cabaleiro das Cunchas es consciente de que la pandemia podría provocar que se redujesen las inscripciones. «Aunque la gente tiene muchas ganas de navegar, sigue habiendo miedo a posibles concentraciones de personas», apunta Grande, que se daría por satisfecho con conseguir juntar entre 15 y 20 barcos.

Hasta la última semana de julio estará abierto el proceso de inscripción —a través de la pagina web www.rutamaritimadocabaleiro.com o llamando al teléfono 647 671 104—, y aunque al final haya que optar por una ruta solo por las costas gallegas, reconoce que el recorrido busca sorprender al visitante, que además de unas 300 millas náuticas conociendo municipios con gran encanto y tradición, podrán vivir el espíritu jacobeo llegando a pie a la plaza del Obradoiro.

Precisamente, muy cerca de allí, en Platerías, se conserva un escudo que recuerda a un caballero emergiendo del agua todo cubierto de conchas de vieira, «y también en el ayuntamiento de Matosinhos hay una placa que haya de esta leyenda que aquí poca gente la conoce», destaca Javier Grande.

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