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Un samaritano ofrece fruta y descanso a peregrinos en Nigrán

Monica Torres
m.torres NIGRÁN / LA VOZ

VEN A GALICIA

Francisco Alonso ha construido un banco a pie del Camino Portugués

02 jul 2021 . Actualizado a las 02:08 h.

Los peregrinos del Camino Portugués por la Costa cuentan desde este mes con una nueva parada para descansar y avituallarse en Nigrán. Y es así por iniciativa de un particular. Francisco Alonso, que ya realizó la ruta jacobea a bici y a pie, ha querido apoyar el recorrido de cuantos pongan rumbo cara a Compostela, tras años estrechando relación con decenas de ellos.

«Mi hermano tiene el restaurante de A Casa de Abuela de A Guarda, al que acuden muchos peregrinos. Acabas compartiendo mucho con ellos e incluso haciendo amigos», explica este vecino. Su primer guiño hacia ellos consistió en sorprenderlos en plena ruta con una cesta de fruta. «En Priegue está la casa familiar de mis padres y allí tenemos frutales, por lo que pensé que era una buena idea ceder parte de ellos a los peregrinos», recuerda. Así fue como comenzó a aparecer fruta a diario en una cesta ubicada a escasos metros del camino. «Siempre es la que hay de temporada y casi todos los días la repongo porque realmente la agradecen y disfrutan», confirma Alonso.

A todos cuantos conocía en la Casa de la Abuela les iba avisando de que en Nigrán les esperaba una ración de fruta gratis para continuar el camino, pero, como muchos le preguntaban o les costaba encontrarla, decidió completar la instalación con un banco en el que los peregrinos pudieran disfrutar de un merecido descanso, justo en su parroquia de Priegue. «Comencé con unos palés, pero al final tardé tiempo porque tuve que hacer una instalación visible y las letras me llevaron tiempo», desvela este benefactor que ha instalado un punto de descanso al pie de sus frutales. «Banco do peregrino, Xacobeo 2021-2022-Paco» se lee en letras grandes y blancas sobre el armazón para que nadie pueda volver a perderse «y el nombre de Nigrán aparezca en cuanta foto y selfie se saque». El ofrecimiento no acaba ahí. Sigue a tan solo unos metros y un cartel lo indica también. «Pueden ir a la casa de enfrente y llamar. Es la de mis padres y allí siempre van a tener café, agua o lo que haga falta», asegura Francisco Alonso.