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La pareja que a los 50 dejó la comodidad de la caravana y se subió al tándem en el Camino de Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

Garbiñe e Iñaki llegaron en coche a Santiago y partieron el viernes en tándem del Obradoiro, rumbo a Fisterra. La primera noche la pasaron en Olveiroa (Dumbría) y la segunda en el albergue Océanus de Fisterra. Destacan la buena atención, limpieza y amabilidad de los hospitaleros, así como por parte de la hostelería. «Es una maravilla», dicen.
Garbiñe e Iñaki llegaron en coche a Santiago y partieron el viernes en tándem del Obradoiro, rumbo a Fisterra. La primera noche la pasaron en Olveiroa (Dumbría) y la segunda en el albergue Océanus de Fisterra. Destacan la buena atención, limpieza y amabilidad de los hospitaleros, así como por parte de la hostelería. «Es una maravilla», dicen. XOÁN A. SOLER

Iñaki Pagola y Garbiñe Izaguirre dicen ser un matrimonio «atípico» que cambió su forma de viajar

18 jul 2021 . Actualizado a las 23:31 h.

No son unos viajeros al uso. Iñaki Pagola y Garbiñe Izaguirre recorren el mundo montados en un tándem. Cuenta la pareja donostiarra que se estrenó sobre una bici de dos plazas haciendo el Camino de Santiago. «De eso hará unos 10 años y hemos descubierto una nueva forma de viajar juntos», dice la mujer de 58 años, quien acaba de cumplir sus bodas de plata con un hombre 8 años menor. «Somos atípicos en todo y fuimos madurando al revés en la mentalidad», añade entre risas, porque con el paso del tiempo, en lugar de bajar la marcha, ellos abandonaron la comodidad de la caravana por una vida más activa, que implica también planificar lo justo y «dejarse llevar».

El matrimonio volvió este verano con su tándem al Obradoiro, desde donde partieron rumbo a Fisterra, y de allí saldrán hoy hacia Portugal. «La primera vez que hicimos el Camino salimos de San Sebastián y llegamos en siete días. Hacíamos muchísimos kilómetros en cada etapa, porque nuestras hijas eran pequeñas y queríamos volver pronto. Disfrutábamos mucho, pero a marcha rápida. Con los años hemos aprendido a ir sin prisas y saborear más la ruta y la gente que te encuentras», indican. También fueron incorporando mejoras al vehículo en el que se desplazan, de las que se encarga Iñaki.

Recuerdan que en su primera aventura jacobea fueron con las mochilas a cuestas y ni siquiera alforjas tenía aquel tándem, mucho más simple que el actual. «Dicen que mucha gente no se vuelve a subir a uno después del primer viaje. Nosotros ya fuimos de Rumanía a San Sebastián, recorrimos Estados Unidos, África, Asia... se ha convertido en nuestra manera de viajar, y casi de vivir», destaca ella. Tanto es así que su marido se enfrentó hace tres años a una operación cardíaca y «para demostrar que estaba bien nos fuimos con el tándem a Cuba a probar su corazón», relata. «Él compitió como ciclista y casi fue profesional. Es un enamorado de la bici y yo una enamorada de él», declara Garbiñe.

Una pareja muy compenetrada

Explica que Iñaki siempre va en la parte de delante del tándem porque «pesa muchísimo, unos 23 kilos y, si le sumas el peso de las alforjas, son cerca de 40. Cuesta abajo cogemos una velocidad terrible y cuesta arriba vamos a paso de peregrino. A la gente todavía le sorprende ver a dos personas en tándem... Somos un espectáculo Nos sacan fotos y, los más graciosos, siempre hacen el mismo triste: "¡Oye, que la de atrás va sin pedalear!" ...que es algo que no se puede hacer. Para llevar la bici equilibrada hay que ir muy compaginados. De hecho, yo no iría en tándem con cualquiera», indica la vasca, embarcada en su tercer viaje a Galicia en pareja y «es el que más estamos disfrutando».