Cada una de las etapas, desde O Cebreiro hasta Santiago, tienen lugares que vale la pena visitar, aunque tengas que desviarte un poco de la ruta
25 jul 2021 . Actualizado a las 17:10 h.Santiago es una visita imprescindible en Año Xacobeo. Avión, tren, autobús, coche... Hay muchas formas de llegar a la capital de Galicia, pero solo una en la que el trayecto es más importante que el destino: el Camino.
Hacer cualquiera de las rutas xacobeas permite, además de vivir la experiencia de peregrinar, conocer lugares mágicos a lo largo y ancho de toda la comunidad. Todos los Caminos y etapas tienen rincones donde vale la pena hacer una parada, aunque haya que desviarse un poco de las flechas amarillas.
El Camino Francés no iba a ser menos. Es la ruta más famosa y la más transitada. Parte de Francia, atraviesa al península y entra en la comunidad gallega por O Cebreiro. Desde allí, 155 km y siete etapas separan a los peregrinos de la catedral. Sin embargo, no todos los que optan por esta ruta recorren los mismos kilómetros, hacen el mismo número de etapas, siguen el mismo itinerario o visitan los mismos lugares.
Hay quien va «a tiro fijo» a la catedral y se queda con la imagen de paradas comunes como las pallozas de O Cebreiro, el puente de Portomarín o el Monte do Gozo. Otros prefieren hacer el Camino a un ritmo más calmado o aprovechar esos días de desconexión para hacer turismo. Así, conocen lugares diferentes a los que se encuentran en la ruta, coma la Fervenza das Hortas en Arzúa o el castro de Castromaior.
En cualquier caso, si te animas a calzar las botas y caminar hacia Santiago, da igual de cuál de los grupos seas. Tanto en el itinerario marcado por las flechas como en sus alrededores hay decenas de rincones que ver y visitar. Naturaleza, monumentos, historia, cultura, gastronomía... Todo converge en el Camiño de Santiago. Hay planes y lugares para todos los gustos.
Ocho ETAPAS
Por seguir la ruta «oficial», te proponemos ocho lugares que no te puedes perder tanto si haces el Camino Francés como si quieres hacer una escapada para conocer las localidades gallegas por donde pasa. Aunque hay siete etapas, una de ellas se puede hacer por dos itinerarios distintos.
La primera etapa parte de O Cebreiro y llega a Triacastela. Es un recorrido de altura. Pasa por diversos picos entre las sierras de Os Ancares y O Courel. La segunda va hasta Sarria. Tiene dos itinerarios diferentes. Uno pasa por San Xil y otro por Samos, una localidad vinculada históricamente al Camino.
La tercera, que une Sarria con Portomarín, es para muchos peregrinos la primera etapa. Desde allí se cumplen los 100 km necesarios para obtener la Compostela. La cuarta llega hasta Palas de Rei en uno de los tramos más asfaltados de la ruta.
La quinta etapa une Palas con Arzúa y pasa por localidades tan vinculadas a la tradición xacobea como Melide o Castañeda. La sexta etapa termina en Pedrouzo, aunque muchos peregrinos prefieren continuar hasta Monte do Gozo. Un lugar que formaría parte de la séptima y última etapa: Santiago.
Pallozas de O Cebreiro
El Camino Francés entra en Galicia por O Cebreiro. Una pequeña aldea de montaña cuya vida es inseparable de las rutas xacobeas. A la presencia perenne de peregrinos, se le une el patrimonio histórico que atesora. Desde la iglesia en funcionamento más antiga del Camino hasta las pallozas milenarias, su símbolo identirario.
Fortaleza de Sarria
Al llegar a Sarria la vista se va hacia arriba. A un alto donde los restos de un catillo parecen vigiliar la localidad y la ruta xacobea que la atraviesa. Es la Torre do Batallón. El único resquicio de una fortaleza militar del siglo XIII que fue destruida en las revueltas Irmandiñas y reconstruida poco después.
Monasterio de Samos
El Monasterio de Samos cuenta la historia de Galicia en sus muros. Construído en el siglo VI, presencio todo tipo de episodios medievales hasta convertirse en hospital durante la invasión francesa del XIX. Pero fue en el siglo XVI cuando llegó su época de oro: fue residencia de reyes, nobles, obispos y artistas.
Puente de Portomarín
Una parada o, más bien, un tramo obligatorio en el Camino. Los peregrinos que quieren alcanzar el final de la etapa Sarria-Potomarín deben subir una escalinata de piedra para acceder a la villa medieval. Un último esfuerzo recompensado por las vistas desde lo alto del puente, donde se encuentra la capilla de la Virxe das Neves.
Castro de Castromaior
Las huellas del pasado celta de Galicia recorren la comunidad de norte a sur. No es difícil encontrar asentamientos castreños, pero sí que su estado de conservación permita ver algo a los ojos no expertos. Es el caso del castro de Castromaoir, que mantiene viva una historia mucho más antigua que el propio Camino.
Cruceiro de Melide
Melide es el cruce de la ruta francesa y la primitiva. Y con intersecciones de caminos tiene que ver el tesoro patrimonial que guarda. Ni más ni menos que el cruceiro más antiguo de Galicia, según Castelao. De estilo gótico, data del siglo XIV. Está situado en la entrada de la localiad, dando la bienvenida a los peregrinos.
Fervenza das Hortas, en Arzúa
El Camino Francés cuenta con tramos que discurren en plena naturaleza. Un atractivo para aquellas personas que buscan en el la ruta xacobea un viaje interior. La Ferveza das Hortas, en Arzúa, es uno de esos parajes que, entre el color verde del musgo, el olor fresco de la vegetación y el sonido del agua al caer, trasladan la mente a un estado de paz.
Monte do Gozo
El nombre del Monte do Gozo no es casualidad. Este alto se encuentra a las puertas de Santiago y proporciona a los caminantes la primera imagen de la catedral. Un instante representado en la estatua de los dos peregrinos que coronan este lugar. Una parada imprescindible que marca el principio del final del Camino.
otras opciones
La ruta francesa pasa por muchas más localidades, aldeas, bosques, ríos e montañas. Puedes recorrer sierras como O Courel u Os Ancares. Descansar en villas como Pedrouzo o Castañeda. Conocer fuentes como la de Santa Irene, hórreos como el de A Rúa o molinos como los de Reche. Refrescarte en ríos como el Furelos. Entrar en iglesias como la de Santa María de O Cebreiro, hospitales de peregrinos como el de A Magdalena o en castillos como el de Pambre. Aprender en museos como el de la Mel y ver monumentos como el del Peregrino de San Roque... Y, para todo eso, solo tienes que empezar a caminar hacia Santiago.