Elaborado exclusivamente con uvas de su misma finca, Pazo Baión se presenta en tres variedades. La mejor forma de conocerlo es visitar en Vilanova uno de los baluartes del enoturismo gallego
22 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«Se nota que hoy no hace día de playa», afirma Eugenia Castro, responsable de comunicación del Pazo de Baión, en referencia al numeroso grupo reunido en la entrada de la propiedad, listo para comenzar la ruta Microuniverso que recorre la finca. La realidad es que los veranos en Galicia son caprichosos. Lo mismo uno planea un viaje a la costa arousana esperando disfrutar de una semana bajo el sol y se encuentra con una meteorología protagonizada, en el mejor de los casos, por nubes y claros. Cuando esto ocurre, la mejor opción es buscar un plan socorrido con el que conocer un poquito más de esta zona de gran riqueza enóloga. Los vinos Pazo Baión son de por sí especiales, siendo de los pocos cultivos cosechados en un único latifundio, en lugar de pequeñas parcelas pertenecientes a una cooperativa. La finca, propiedad de la bodega Condes de Albarei desde 2008, ha sido reconocida como Mejor Rincón y Espacio Enoturístico de España por la tercera edición de los Premios Rutas del Vino de España, describiéndola como «uno de los paisajes más espectaculares del panorama vitivinícola mundial». Una parada obligatoria para turistas y residentes locales que deseen conocer un poco más de historia gallega y viticultura.
Enoturismo
El recorrido Microuniverso es la opción más económica y popular que ofrece la finca. Por 15 euros incluye una ruta con la que descubrir la historia detrás de los linajes que habitaron tras los muros de Baión, que un ojo astuto puede predecir al inicio de la visita a través de los escudos que adornan la fachada principal.
El árbol genealógico incluye desde las grandes familias gallegas Soutomaior y Sarmiento, pasando por el emigrante argentino Adolfo Fojo, hasta su propietario actual.
La experiencia la culmina la degustación de los albariños Condes de Albarei y Pazo Baión. «La mayor diferencia entre el crianza Pazo Baión cosecha 2019 y el clásico albariño puede apreciarse en el paladar a través de las notas florales, más perceptibles en el primero, siendo el segundo un vino más cítrico», explica Castro.
El resto de recorridos ofrecen una comparativa con vinos de la misma uva cosechados en otras bodegas o una degustación de las tres variantes producidas en la propia finca: Pazo Baión Gran a Gran 2015, Pazo Baión Vides de Fontán 2016 y el ya mencionado crianza Pazo Baión cosecha 2019.
El arquitecto César Portela es el responsable de parte del encanto del pazo desde la adquisición de la finca por Condes de Albarei en 2008.
La finca
El palomar es una de las primeras paradas de la ruta. Símbolo de estatus en la antigüedad, hoy en día sirve como sala de catas. El paseo continúa por los jardines de la finca, donde se encuentra el palmeral traído de las Américas por el emigrante Adolfo Fojo Silva. Los cipreses representantes del poder adquisitivo del pazo en la antigüedad y el hórreo rehabilitado, colocado en uno de los puntos más elevados de la propiedad, son algunas de las zonas más especiales del jardín.
La ruta termina en la sala de la bodega a la que se accede desde el patio interior. «Cuando llegamos al pazo decidimos convertir el antiguo foso de purín en un espacio ajardinado, respetando la estructura original», explica Eugenia Castro. «El azul de las ventanas y puertas resulta característico en Portela», concluye.
En la bodega se encuentran las máquinas empleadas para el despalillado y prensado de la uva y los recipientes utilizados para su reposo: dos partes de la producción fermentan en tinos de roble francés, mientras que una tercera parte lo hace en acero inoxidable más un año de crianza en huevo de hormigón. La ruta termina en la sala de catas, para así conocer de primera mano las diferentes percepciones que las fermentaciones explicadas en el recorrido aportan al vino.
romper con el pasado
Metamorfosis. Si algo caracteriza el Pazo de Baión es la transformación. La tierra pasa a ser cultivo, la uva se convierte en vino, y una propiedad marcada por la oscuridad de las últimas décadas se vuelve un espacio para la producción de uno de los vinos mejor valorados a nivel español. Este concepto de transformación se ve representado en el logotipo del vino Pazo Baión: inspirada en la puerta de «las madres coraje», el diseño recoge la transformación: la tierra florece hasta obtenerse la uva. La propuesta de Lucas Gil-Turner fue presentada al concurso organizado en 2009 para construir la nueva imagen corporativa. Un diseño que busca romper con el pasado sin llegar a olvidarlo.