Dormir en habitaciones integradas en los árboles, en un faro o un palomar es posible en la comarca
25 jul 2021 . Actualizado a las 12:03 h.El área de Barbanza ofrece a sus visitantes una amplia variedad de hospedajes en los que, además de pasar la noche, pueden vivirse experiencias únicas. En la comarca es posible alojarse con todas las comodidades en lugares tan insólitos como un palomar o a seis metros de altura codeándose con las ramas de los árboles.
Faro de Lariño
Velada de sensaciones. Este mes abrió sus puertas el faro de Lariño, rehabilitado como hotel con nueve habitaciones, en el que cada una refleja diferentes momentos del día y estados del mar. El factor emocional reside en posibilitar que los clientes disfruten del hecho de dormir dentro de una señal marítima en funcionamiento. Su gerente, Jesús Picallo, explica que el lugar tiene taberna propia, salón multiusos, un pequeño centro de interpretación y coches eléctricos con los que poder visitar la zona. A su alrededor cuenta con puntos turísticos como la cascada de O Ézaro, la playa de Carnota, Muros o el puerto de Ancoradoiro.
Glass Cube
Ver el amanecer desde la cama. Con cuatro cubos elevados a seis metros de altura, este complejo permite que sus huéspedes puedan disfrutar del amanecer sin salir de su habitación y gozando de todo tipo de comodidades, entre las que se incluyen un yacusi cubierto. Además, las dependencias no son todas iguales, sino que cada una de ellas cuenta con una temática individual. Según Iván Nine, propietario de estas estructuras hechas de hormigón, madera y cristal, el sonido de los pájaros, su cercanía a la playa de A Broña, la ría de Muros-Noia, el Camino de peregrinación a Santiago y las rutas de senderismo constituyen los principales atractivos turísticos.
Albergue de Toxosoutos
Dormir rodeado de diez siglos de historia. El albergue de Toxosoutos invita a conocer la arquitectura del monasterio anexo y a pasar la noche en este conjunto, datado del siglo XII. Con unas instalaciones formadas por dos infraestructuras principales, tiene espacio para 16 huéspedes repartidos entre las cuatro habitaciones de la rectoral y las de la Casiña da Fervenza. Para su gerente, Miguel García, de la empresa Kairos Gestión Global de Eventos, otros encantos del conjunto son su proximidad al río y el hecho de que forma parte del Camino por la ría de Muros-Noia.
Pesquería del Tambre
Una central hidroeléctrica. Con casi un siglo de historia, el hospedaje cuenta con 16 habitaciones distribuidas en las antiguas casas de los trabajadores de la central. Además, incluye servicios de restauración, piscina, terraza propia con vistas al río y un salón de actos. Sus instalaciones fueron levantadas en 1929 y en la actualidad conservan los nombres originales. Para una de sus gerentes, Olga Gómez, lo que hace especial a la pesquería es su arquitectura y su ubicación, que le permite situarse en el límite entre Outes y Noia y estar cerca de puntos turísticos como Santiago, el parque natural de Corrubedo o Muros.
Aldea os Muíños
Hospedarse en un palomar. Pasar la noche en un palomar es posible en el lugar de Araño, en el término de Rianxo. La estructura fue levantada piedra a piedra por sus propietarios y diseñada por uno de sus hijos. La Aldea Os Muíños posee numerosas particularidades ya que, a parte del palomar, el recinto cuenta con otro tipo de instalaciones, como unas cabañas hechas con contenedores de mercancías. También destaca su edificio principal, un antiguo molino construido en 1804 y reformado para poder ofertar habitaciones. Según su gerente, Carmen Ferreirós, la localización les permite estar cerca de puntos estratégicos como el río Té, que pasa por la propia finca, el mirador del pico Muralla, Santiago y descubrir la diversidad de la ría de Arousa.
Cabanas do bosque
En plena naturaleza. Sus cabañas a seis metros de altura integradas completamente en los árboles, ofrecen una fusión total con el entorno sin perder el confort. Todas ellas están localizadas en diversas fincas del municipio de Outes y según su administradora, Renata Lema, «están hechas para que la gente desconecte de la rutina y contacte con la naturaleza y consigo misma». Estas edificaciones no solo cuentan con todo tipo de comodidades, como los servicios de comida en las cabañas y una decoración personalizada de las estancias, sino que están cerca de sitios de interés para los turistas. Se encuentran en pleno contacto con la naturaleza y permiten codearse con los árboles en plena armonía.