La provincia se ha convertido en un plató de cine perfecto en los últimos años
01 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La provincia de Ourense cuenta con una gran variedad de paisajes, lo que la convierte en el plató perfecto para casi cualquier película. Los monasterios, los bosques, las calles o las aguas termales son un atractivo para muchos directores de cine. Esto no es nada nuevo. Ya en el siglo pasado, muchas películas recurrieron a Ourense para grabar sus escenas. Es el caso de Sempre Xonxa (1989), La lengua de las mariposas (1999) o A los que aman (1998), entre otras.
Ahora Ourense recorre las pantallas de las grandes plataformas como Netflix y constituye un atractivo turístico para amantes del cine o cualquier persona interesada.
A Esmorga (2014)
Esta película de Ignacio Villar, que se basa en la novela homónima de Blanco Amor, arranca en el entorno de As Burgas. El casco histórico fue otro de los lugares que formaron parte del escenario para la recreación de esta obra: la Praza Maior, la rúa Bailén y la Praza de Damas.
No obstante, la ciudad no fue el único sitio en el que transcurrió la historia. El equipo se trasladó a Ribadavia para grabar en la taberna Papuxa. No aparece en el libro este lugar, pero recrea el ambiente de los locales de la época.
En la ciudad se ha creado una ruta señalizada con placas de cerámica por los lugares que aparecen en la película, como la Alameda o la Praza do Correxidor.
Elisa y Marcela (2019)
La película de Isabel Coxet ha recorrido diferentes lugares de la provincia. Aunque la historia real transcurra entre el norte de Galicia y Madrid, esta producción de Netflix grabó una parte por Ourense.
La escuela de maestras de A Coruña donde se enamoraron en 1885 se recreó en el monasterio de San Salvador de Celanova. Pazos de Arenteiro y Moldes, en Boborás, también fueron parte de esta historia de amor.
Cuñados (2021)
Esta comedia gallega hace referencia a la gastronomía, cultura y paisajes tanto de la provincia como de la ciudad de Ourense. El pulpo, la empanada gallega, un bocadillo del Pepinillo o un partido del Club Ourensano de Baloncesto -el COB- son algunas de las alusiones que hace su productor Alfonso Blanco a su tierra natal. El polígono industrial, el río, el puente romano oel casco histórico recrean la historia de Eduardo y Sabonis.
La comarca de O Ribeiro y su tradición vinícola también fueron un punto importante. La bodega de las tres hermanas protagonistas era real, aunque pertenece a un particular.
El pueblo de Allariz también forma parte de esta película. En concreto, el Restaurante Portovello, que era una antigua fábrica de cuero, que fue reconvertida en museo y restaurante.
El desorden que dejas (2020)
Esta miniserie de Netflix es una adaptación de la novela homónima de Carlos Montero. Se rodó en la villa de Celanova, donde se desarrolla prácticamente toda la trama de la historia bajo el nombre de Novariz. El instituto, que es uno de los escenarios importantes, es el propio de Celanova, que forma parte del Monasterio de San Salvador.
Las termas de Bande también tuvieron un papel importante en el transcurso de la historia. Allí se desarrollaron algunas escenas de la serie.
Otros paisajes ourensanos que aparecen a lo largo de la serie fueron los de Ribadavia y los de la Ribeira Sacra, donde destacaron principalmente sus paisajes.