Las comarcas de Ferrolterra, Eume y Ortegal cuenta con un sinfín de chiringuitos para comer en chanclas y mirando al mar
01 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Desde Pontedeume hasta Mañón, las playas de Ferrolterra, Eume y Ortegal ofrecen un buen puñado de refugios para disfrutar de uno de los mayores placeres del verano: alegrar el paladar con las chanclas puestas, justo después del chapuzón, con la piel impregna de salitre y la vista puesta en el mar. La ruta de los chiringuitos que salpican la Costa Ártabra es larga y está bien nutrida, así que no queda más remedio que seleccionar. Y advertir, de antemano, que en estas líneas no están todos los que son, pero sí son todos los que están.
Comenzando la ruta en Cabanas, la playa de A Magdalena se presenta como un auténtico paraíso para chiringuitear. Allí abren sus puertas establecimientos legendarios, como Los Pinares -famoso por su paella cabanesa y su servicio de comidas «non stop»-; O Chiringuito -donde presumen de cocina casera, «los pescados más frescos» y «la mejor carne»-; o el Argentina, cuya carta tienta al estómago con sabores de siempre y otros más recientes y sorprendentes, como su tosta de pulpo con queso Arzúa o sus croquetas de chorizo y berza gallega.
Ascendiendo hacia el norte, quienes busquen un ambiente agradable y familiar sin duda podrán encontrarlo en O Emigrante, el clásico de la playa de Almieiras en Limodre (Fene), que cuenta con dos terrazas y una carta en la que sobresalen las sardinas lañadas o el churrasco, según apunta su resposable, José Antonio Miragaya, más conocido como Seíto. No lejos de allí, en Seselle (Ares), una playa de arena fina y aguas mansas, O Chamizo da Campa ofrece un escenario bucólico entre árboles y troncos que hacen las veces de bancos y mesas. Y aunque no cuenta con cocina, su barbacoa se pone a disposición del cliente para preparar, al calor de las brasas, cualquier pescado o carne que se pida por encargo. «Además, los domingos nunca faltan los callos y ofrecemos también el servicio de alquiler de piragüas y kayaks», apunta el responsable, Francisco Anido.
Por si eso fuese poco, en O Chamizo da Campa los clientes puedan llevar su propia comida y hacer uso de las mesas siempre y cuando pidan allí la bebida, una costumbre también muy arraigada en el chiringuito Los Sauces de la playa de Chanteiro (Ares), donde a menudo se puede disfrutar de música en directo mientras se refresca el gaznate con una caipiriña o un mojito, según explica Roberto Mahía, que comanda el establecimiento junto a Rosana Castiñeira. Además, el chiringuito cuenta con un aparcamiento gratuito al pie de la playa.
Ya en Ferrol, O’Alpendre de Doniños es un clásico que no se puede dejar de visitar, sobre todo ahora que acaba de merecer un Solete de la guía Repsol, una categoría creada para visibilizar establecimientos «majos con un no sé qué que te hace volver», pero también -y como siempre- por el trato amable y alegre que dispensa su propietario, Pichu González.
Siguiendo la ruta del chiringuito, el Muramar bien merece una visita en Meirás (Valdoviño). Y no solo por su carta, que incluye desde sencillos bocadillos y hamburguesas hasta manjares con sabor marinero (zamburiñas, berberechos, percebes, chipirones...), sino también por sus fabulosas vistas sobre la playa del Río y el faro como telón de fondo. Sus orígenes se remontan a los años sesenta, pero desde hace 18 el mando en el Muramar lo lleva la familia de Paula Ramos, siempre dispuesta a ofrecer al cliente un trato cercano y amable.
Sin movernos de Valdoviño, la playa de A Frouxeira también cuenta con chiringuitos en los que darle gusto al paladar con los pies casi hundidos en la arena, como A Saíña, ubicado al pie del arenal. O si prefiere, con los dedos tocando el césped, como en el Tumbao, un local de ambiente chill out al estilo de Ibiza en el que reinan los cócteles, el gin tonic y los helados.
Dando un salto hasta Cedeira, en la playa de A Magdalena no encontramos de momento ningún chiringuinto en funcionamiento. Pero Nacho Grueiro pondrá remedio al entuerto la próxima semana, cuando prevé abrir O Chiringo da Madalena, donde habrá churrasco y música en directo los fines de semana y desayunos y bebidas con pincho entre semana. Y para finalizar esta ruta, nada mejor que acercarse hasta Loiba (Ortigueira) para aliviar el crujir de las tripas con una rica tortilla o unos mejillones en el Chiringuito de Furnas, junto a la playa del Picón, y ya de paso, disfrutar de las vistas sobre los impresionantes acantilados de la zona en «el banco más bonito del mundo».