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Hemeroteca | Conseguir la Compostela ya no es posible sin esperar cerca de una hora

M. R. / I. G. SANTIAGO

VEN A GALICIA

Colas de peregrinos en el albergue de O Pino.
Colas de peregrinos en el albergue de O Pino. IGNACIO RODRIGUEZ

Los albergues y la Oficina de Peregrinos se llenaban de gente según se aproximaba el día del Apóstol de 1999

03 ago 2021 . Actualizado a las 17:06 h.

La cola para conseguir la Compostela en la Oficina de Peregrinos cada día se alarga más. El último de la fila tardará alrededor de 45 minutos antes de lograr esa credencial que tanto han ansiado durante los kilómetros que han recorrido hasta Santiago. Tras varias semanas de marcha, todavía les separan los últimos escalones hasta su meta. Pero los peregrinos toman este contratiempo con muy buen humor. «Después de pasar todo lo que hemos pasado, esto no es nada», afirma uno de los que ayer esperaba pacientemente.

Pero esta cola no es la única que han tenido que soportar los peregrinos a lo largo del Camino. «Estos días, más que de peregrinación se debe hablar de turismo rural», comenta un peregrino, que estaba asombrado de que la gente se diera verdaderas corridas para encontrar sitio en los albergues. «Nosotros nunca hemos conseguido dormir en los albergues, porque algunos grupos mandan a una persona en coche para que les reserve un sitio para ellos», afirma una pareja que comenzó en Sarria.

Ante la afluencia de peregrinos, sobre todo en estas fechas cercanas al 25 de julio, se han habilitado polideportivos donde pasar la noche. Esto ha supuesto que los caminantes tengan que dormir en el suelo, después de largas jornadas, en vez de disponer de una cama en un albergue. Pero también puede ser que uno tenga la suerte de conseguir una cama, pero que en la mitad de la noche se rompa, como es el caso de un peregrino que se alegra de que nadie estuviera en ese momento en la litera de abajo.

Los peregrinos se quejan de la falta de previsión de algunos albergues del Camino. Por ejemplo, muchos coinciden de que el polideportivo en el que durmieron la noche que pasaron el Arca fue un desastre en cuanto a la organización. «Sólo funcionaba un baño y había pocas duchas, además abrieron seis horas más tarde de lo previsto», afirma una peregrina que pernoctó en la instalación deportiva de Arca.

Según se aproximan las fiestas, el ambiente va cambiando en la ciudad. Los viajes organizados de la 3ª Edad están siendo sustituidos por grandes grupos de jóvenes. «Ahora en el Camino hay demasiado ruido como para poder pararse a reflexionar», afirma uno de los voluntarios que atienden a los peregrinos a su llegada. Aquellos que recorrían la Ruta por este tipo de motivos optaron por otras fechas, más lejanas al 25 de julio, para evitar estas aglomeraciones.

Los peregrinos señalan la diferencia que se aprecia entre el tramo gallego del Camino y el trayecto anterior. Los últimos kilómetros se han convertido en una especie de carrera para ver quién consigue una plaza en el albergue, según comentan los caminantes que han partido desde Roncesvalles.