Durante su primer mes, pese a la situación sanitaria, 473 personas durmieron en el edificio
12 ago 2021 . Actualizado a las 20:01 h.Desde República Checa, Rumanía, Eslovenia, Francia, Alemania, Bélgica o Polonia. También desde fuera de Europa, ya sea Sudáfrica, Uganda, Guatemala, México o Australia. Así hasta 29 países. Es la procedencia dispar de los viajeros que reservaron plaza en el albergue vigués de peregrinos, de nombre Juan Manuel López-Chaves, tras su inauguración oficial el mes pasado. A pesar de su corta existencia y de la situación pandémica, la instalación ya puede presumir de tirón en el Camino Portugués de la Costa.
El albergue de O Berbés es especialmente popular entre los italianos. En julio, se notó la presencia de turistas de países del este de Europa y ahora empieza a recibir a portugueses. Asimismo, los caminantes de doce comunidades españolas -Madrid y Cataluña, sobre todo- eligieron el hostal para descansar durante la ruta jacobea que atraviesa la ciudad.
Junto a la vertiente de interior del Camino Portugués, la opción costera es elegida por el 25 % de los peregrinos que llegan a Compostela desde el sur, según indica la Xunta de Galicia.
Del 1 de julio al 11 de agosto, se alojaron en el albergue vigués 473 personas, lo que hace un promedio de 11 al día. Marta Fernández-Tapias, delegada de la Xunta, incide en la limitación de aforo exigida por la situación sanitaria. Pese a tener capacidad para acoger a 93 por noche, la ocupación actual permitida está en el 30 %. Pero en el hostal vigués, donde el límite se marcaría en 31, el aforo permitido no alcanza esta cifra. Durante julio, podían descansar allí hasta 17 personas al día; desde finales de la semana pasada, ofertan 28 plazas.
El Gobierno gallego acudió al comercio y a la hostelería de Vigo para señalizar el Camino a su paso por la ciudad, en sus escaparates, tras la persistente negativa del alcalde a indicar el rumbo de la ruta jacobea.
Con una inversión de 1,8 millones de euros, el alojamiento es un edificio de seis plantas que, según Fernández-Tapias, refleja el compromiso de la Xunta con la economía de la ciudad. Abel Caballero criticó la instalación alegando que suponía una «competencia desleal» para los hoteles.