Los albergues descartan problemas pese al incremento de usuarios en las rutas jacobeas, que cuentan con más de 5.000 efectivos para protegerlas
18 ago 2021 . Actualizado a las 23:43 h.Los 35.000 peregrinos que pisaron Santiago el mes pasado, una cifra que parecía inalcanzable apenas unos meses atrás cuando las restricciones de movilidad impedían pasar de un concello a otro, elevan a 75.000 las personas que sellaron la compostela en lo que va de año. El objetivo hasta diciembre es llegar a los 100.000 para, con la esperada vuelta a la normalidad, alcanzar los tres millones en el 2022. El espectacular incremento de peregrinos —más del doble que en junio— coincidió esta semana con la protesta de la diputada del PPdeG Paula Prado, que reclamó al Gobierno central una mayor implicación en las rutas jacobeas para reforzar la seguridad en el Camino.
La sensación que cunde entre los propietarios de los albergues es que las rutas son totalmente seguras y que apenas se han registrado problemas en lo que va de año. En el Alma do Camiño, en Sarria, con capacidad para cien personas, reconocen que ha vuelto a repetirse el caso de un grupo de personas que intentan estafar a los peregrinos. «Se hacen pasar por oenegés o fundaciones de ayuda a sordomudos e intentan sacar dinero», explican sobre una práctica «que pasa desde hace muchos años». Al mismo grupo apuntan desde el albergue Obradoiro, también en Sarria, que sitúan su ámbito de actuación junto al Ponte da Áspera, en la salida del pueblo. La semana pasada, agentes de la Guardia Civil identificaron a tres personas como presuntos autores de estos timos y fueron propuestos para sanción por posibles infracciones de la ley de protección de los Caminos de Santiago. «Más allá de eso, nada de inseguridad», coinciden en señalar.
En la siguiente etapa, hacia Portomarín, los hosteleros del albergue Casona da Ponte responden que ningún peregrino les trasladó complicaciones durante su ruta. «Es más, todos nos dicen que están encantados y llegan muy contentos», responde una mujer en el albergue Vía Láctea, ya en Arzúa. El día anterior se pasaron unos agentes de la Guardia Civil por el hostal para dejar un cartel con teléfonos a los que llamar en caso de sufrir algún percance durante la ruta.
Dos casos de violencia machista
El Gobierno informó el pasado viernes que este año se registraron dos denuncias por violencia de género en el Camino. Así lo indicó el delegado del Ejecutivo en la comunidad, José Miñones, durante la presentación de la campaña #NoCaminasSola, que repartirá por Galicia 1.200 puntos con recursos para prevenir cualquier tipo de violencia contra las mujeres. La campaña del Gobierno se extenderá también por Aragón, Navarra, La Rioja y Castilla y León. Precisamente a principios de este mes, la diputada de Unidas Podemos en Baleares y vicepresidenta del Parlament, Gloria Santiago, denunció ante la Guardia Civil el caso de un hombre que la persiguió masturbándose en un tramo del Camino, en la localidad asturiana de Navia.
Además de esta campaña, la Policía Nacional despliega este verano 3.600 efectivos, además de unidades de caballería por las rutas y patrullas enviadas desde Alemania, Italia, Francia y Portugal. La Guardia Civil puso en marcha el operativo Guardián del Camino, con 1.500 agentes desplegados en la comunidad y, como novedad, la creación de tres Oficinas Móbiles de Atención ao Peregrino (OMAP) en Galicia —una en cada provincia salvo Ourense— y otra fuera de la comunidad. De hecho, fueron agentes de estas oficinas quienes identificaron a los presuntos estafadores de Sarria. O los dos detenidos por cuatro robos con fuerza a peregrinos, en el marco de la operación Protegrino.
A pesar del amplio dispositivo, la popular Paula Prado puso el acento sobre la ausencia de efectivos en la Policía Autonómica, con 385 agentes de 500 posibles. «Está ao 78 % da súa capacidade», advirtió al Gobierno.