Miles de turistas abarrotan el casco histórico de Santiago y pulverizan las expectativas más optimistas
VEN A GALICIA
Visitantes de distintas zonas del país tomaron las calles y plazas de la ciudad en un sábado cubierto por las nubes
24 ago 2021 . Actualizado a las 21:53 h.El casco histórico compostelano amaneció este sábado muy animado con la presencia de miles de turistas que decidieron pasar la jornada recorriendo sus calles y disfrutando de su encanto. Ni el cielo nublado ni la ligera llovizna que acompañó la mañana mermó las ganas de recorrer la ciudad de los visitantes, que en muchos casos preferían este clima, característico de Galicia, antes que las altas temperaturas que sufre gran parte del país y que en todo caso alentarían más a ir a la playa.
Berta Gutiérrez ha venido con su familia a la comunidad. Llevan toda la semana en Vigo pero aprovecharon el sábado para visitar Santiago. «Este tiempo es el mejor para ver la ciudad, siempre y cuando no llueva», indica. En el momento caía una leve lluvia, pero explican que como son de Getxo (Vizcaya) están habituados y no les desagrada. Les resulta cómodo el ambiente en Santiago: «Hay mucha gente, pero esperábamos más, ya que es sábado y además es año Xacobeo. Como estábamos cerca queríamos venir, pero la pena es que no podemos entrar en la Catedral porque ya no quedan entradas, aunque volveremos en otra ocasión para verla», comenta Berta. Para conocer bien la capital gallega, contrataron a una guía turística durante la mañana con la que conocerán la zona monumental y la ruta de los templarios. De hecho, por las calles se podían ver abundantes grupos de personas ataviadas con paraguas haciendo visitas guiadas.
Desde Madrid, Margarita Medina llegó con su pareja a Santiago. Previamente habían estado en O Barqueiro, en Mañón, y ahora pasarán cuatro días en la ciudad. Lo primero que hicieron fue ir a ver la Catedral. «Es impresionante, nos ha encantado, teníamos muchísimas ganas de verla», declara. Ambos manifiestan haberse encontrado con lo que esperaban: «Contábamos con que hubiese bastante gente y habíamos escuchado que habría colas para acceder a la Catedral, entonces ahora vamos a ver si podemos entrar», señala Margarita. Cautelosos con el virus, intentaban permanecer lejos de la muchedumbre que inundaba la praza do Obradoiro.
Caminar por la zona vieja respetando las distancias de seguridad, sin chocarse con nadie, era casi misión imposible. Cualquiera que la recorriese se toparía con una gran confluencia cultural, se podrían escuchar varios idiomas a lo largo del trayecto, aunque el turista nacional sigue siendo el que más viaja a Santiago con diferencia. La afluencia se notaba en plazas, calles y también en los establecimientos hosteleros, cuyas terrazas estaban casi al completo en muchos casos. En A Taberna do Bispo, situada en la rúa do Franco, un camarero explica que lleva siendo así toda la semana: «Estes días está vindo un montón de xente polas mañás, estase a notar bastante que hai ambiente turístico por aquí».
«El ambiente aquí siempre es bueno»
Rafa Coma y su pareja, Rosa Fernández, son de Murcia y estarán en Santiago dos días, ya que no es la primera vez que vienen. Les asombró encontrarse con tanta gente, porque la última vez que estuvieron, en primavera, no había tanta. Indican que nunca habían visto colas para entrar a la Catedral. El ambiente les parece una maravilla: «Para quien le gusta el ambiente peregrino siempre lo es».
«Es mucho mejor de lo que esperaba»
Anne Sophie es francesa y está tres días de vacaciones en Santiago, tras peregrinar desde Roncesvalles. En el Obradoiro la esperaba su pareja, que fue peregrino el año anterior. A Anne le han encantado las gentes, los restaurantes y la atmósfera. Se siente muy bien en la ciudad y afirma que es mucho mejor de lo que pensaba. Hace hincapié en la Catedral que, ya sin obras, ve majestuosa.
«Venimos para ver un poco de todo»
Acaba de llegar a Santiago tras unos días visitando otros pueblos de Galicia. Blanca Lobo viajó desde Vitoria con su familia para hacer un recorrido por la comunidad y hasta ahora su experiencia ha sido muy positiva. En el Obradoiro encontró una gran aglomeración de gente, pero no se sorprendió porque sus hijos hicieron hace poco el Camino y le enviaron fotos. Ella, asegura, lo hará por etapas.