La comarca posee numerosos espacios desde los que poder contemplar su belleza natural
29 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El verano puede disfrutarse de muchas maneras. Para algunos el turismo se resume en agua dulce o salada, pero la comarca de Barbanza puede ofrecer mucho más que eso. Si los visitantes miran bien los mapas podrán descubrir balcones privilegiados desde los que asomarse a los puntos más bellos de cada localidad.
A Figueira
Tocar las nubes con las manos.
Boiro no solo cuenta con atractivas playas como Barraña, sino que muestra su potencial con miradores como el de A Figueira, ubicado en el coto de A Filloa. Otro punto de interés cercano a este lugar es la fervenza de Cadarnoxo, a unos 10 o 15 minutos en coche. La guinda del pastel la ponen sus impresionantes vistas de la ría de Arousa y de las localidades a las que baña. Muy cerca del mirador se encuentra la ruta de las mámoas. De hecho, a solo 150 metros hay ya un túmulo. Siguiendo el recorrido se llega hasta otro legado megalítico, la Casota do Páramo, una cámara funeraria con un grabado.
Monte Aro
El cielo de Mazaricos.
Hay lugares que están inundados de un encanto especial. Este es el caso del mirador del monte Aro en Mazaricos, un lugar clave para los amantes de los avistamientos de aves. Este punto no solo tiene un gran valor ornitológico, sino que se encuentra en la parte del Camino que pasa por el municipio de Mazaricos. Dispone de con prismáticos gratuitos para la observación de las aves. Para acceder, los interesados tendrán que subir por una pista sin asfaltar, pudiendo llegar con el coche hasta el pie del mirador.
O Castelo
Un pequeño coloso.
No todas las localidades pueden tener en su puerto una figura de más de 30 metros de altura, pero Palmeira rinde homenaje a sus emigrantes con una escultura que preside majestuosa su principal salida al mar. Es también un mirador vistas a la ría de Arousa.
Trece Cruces
Cruceiros en agua dulce.
Si lo más visto de la ría suele ser su salida al mar, lo cierto es que su nacimiento despierta también gran interés. Los visitantes tienen la posibilidad de admirar la desembocadura del Ulla desde el mirador de las trece cruces de Rianxo, una estructura que se fusiona con el ambiente natural y no resta belleza a la ruta de cruceiros que la precede. Para llegar hay que descender hasta la zona de Isorna e ir al lugar a pie. Este rincón es uno de los puntos fuertes de la Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla.
Atalaia
Ver la ría desde una capilla.
Porto do Son no solo cuenta con magníficos arenales, sino que también tiene rincones con encanto como el mirador de la Atalaia. El lugar ofrece vistas de la ría de Muros-Noia con el imponente monte Louro en primer plano. Desde este pequeño paraíso, próximo a la capilla de A Atalaia, también se pueden observar las playas de Fonforrón y A Arnela. Se accede desde el centro de la villa sonense. Tiene un diseño adaptado a personas con movilidad reducida.
Punta Queixal
Vistas espectaculares junto al faro de Louro.
Algunos edificios son testigos silenciosos del paso del tiempo. Muros es uno de esos lugares en los que la arquitectura es la protagonista. Además de un casco histórico envidiable, tiene recovecos encantadores como el de punta Queixal. Este espacio, en el que se ubica el faro de Louro, es el sitio perfecto para admirar el mar. Para poder disfrutar de él, los visitantes deben abandonar la AC-550 y, a escasa distancia de Louro, tomar un desvío que lleva directamente al lugar. El recorrido conecta con una ruta que lleva hasta la laguna de Xalfas.
San Lázaro
El río como marco.
El paseo marítimo que bordea la localidad de Noia ofrece a su llegada a la zona de San Lázaro, concretamente detrás del campo de fútbol, un singular recodo desde el que poder contemplar el curso del río Tállara. En el recorrido existe también otro punto para detenerse a observar. Se trata de un agradable trayecto que permite sumergirse en la belleza y la historia de la villa medieval.
Pedra da moura
Frente a la inmensidad arousana.
Quienes gusten de caminar tienen en la comarca variedad de recorridos habilitados entre los que poder elegir. Entre ellos figura el paseo de Pedra da Moura, que permite llegar hasta la villa de A Pobra. Merece la pena detenerse en uno de los tramos del sendero de madera y alejarse solo unos pasos para contemplar la inmensidad y belleza de la ría de Arousa.