Las vistas y el patrimonio se convierten en alicientes para los aficionados a las dos ruedas
11 ene 2022 . Actualizado a las 18:14 h.Los montes barbanzanos ofrecen todo tipo de sendas por las que practicar ejercicio, pero ningunas tan emocionantes como las rutas ciclistas. Hay trayectos más exigentes, otros que pasan por núcleos urbanos, pero en todos se puede disfrutar de unas vistas y experiencias que solo ir con bicicleta aporta.
Cuatro horas en la sierra
El trayecto Serra do Barbanza dura aproximadamente unas cuatro horas, pero a lo largo del camino se puede disfrutar de las mejores vistas a la ría en cada parada. El itinerario comienza en el petroglifo Pedra das Cabras, cerca del casco urbano de Ribeira, y continúa hasta la aldea de San Isidro, en A Pobra. Tras el avance a lo alto de la sierra, y después de llegar a la cumbre, la ruta continúa hacia el monte Iroite, pasando una serie de mámoas y dólmenes que adornan el paisaje. Después de pasar por A Graña y rodear la base militar EVA- 10, el viaje termina en el monte A Curota.
Por el monte Touro muradano
Comenzando en el puerto de Muros, cerca de la plaza del concello, este recorrido de casi 38 kilómetros está caracterizado por los impresionantes paisajes naturales de la ría de Noia, Corrubedo y el monte Louro. El viaje comienza en el puerto y continúa en su primera etapa por la línea de la costa hasta O Pozo do Cachón. Desde allí comienza la ascensión hacia el monte Laxeiras y pasa de camino por el mirador Cruz dos Pelos. La siguiente parada de la ruta es en el Outeiro do Milladoiro, tras el que continúa el descenso por Ancoradoiro hasta la laguna del monte Louro. El último punto de interés es el petroglifo Laxe das Rodas, tras el que se hace la etapa final de vuelta a la villa de Muros.
A lo largo del río Tambre
Es de los itinerarios más breves de todas la rutas de montaña. En tres horas y 30 kilómetros, los aficionados a las bicis podrán recorrer vías fluviales, comenzando por el Portus Apostoli noiés y subiendo por el río hasta Lousame. Una vez alcanzado el monasterio de Toxoutos, el camino continúa hacia el oeste, para alcanzar la Devesa de Nimo y el río Tambre. A partir de este punto, se recorre la ribera del río pasando por algunas de las atracciones turísticas más conocidas, como la central hidroeléctrica, el puente colgante y el estuario, lugar perfecto para descansar antes de la última etapa. Una vez echas las fotos de las impresionantes vistas, se finaliza con la vuelta a Noia, terminando en el puerto del Testal.
Fábricas y minas abandonadas
Esta ruta circular de 44 kilómetros comienza en Aldeagrande. Dirigiéndose hacia el sur, la ruta recorre la zona a través de una exploración del parque San Mamede, en Lousame. Tras una parada para descansar y tomar fotos del paisaje forestal, el itinerario sigue hasta Marracín de Arriba y hasta el río Xunto. Durante este ascenso, en la parte más alta del recorrido, se pueden apreciar las antiguas papelerías de Brandía, vestigios de una época industrial ya pasada. El viaje da entonces la vuelta hasta las minas de San Fins, antiguos lugares de explotación de wolframio.
Una vuelta a la península
Volta ao Barbanza es la ruta ciclista más ambiciosa y más protegida de la comunidad. La Xunta ha inyectado hasta 180.000 euros para la correcta señalización de este y otros itinerarios ciclistas. A través de 110 kilómetros, el trayecto recorre toda la península y pasa por 11 municipios, empezando en Santiago de Compostela y terminando en Noia. El itinerario varía según la intensidad que cada aficionado desee, pero algunos puntos comunes son las playas de Carragueiros y Arnela.
Playa o montaña en Outes
Outes tiene la suerte de tener dos de los más emocionantes trayectos ciclistas de la zona. El más duro suma paradas en el monte de O Castelo, cuya cima esá 482 metros de altura, y en Pedra Serpa, para después continuar por una serie de pequeñas aldeas como Cuns y Buiste. Esta ruta termina en el paseo fluvial del río Tines. Desde aquí, se puede conectar con el otro itinerario, algo más tranquilo, que baja por la sierra de Outes y recorre las playas de Broña y O Freixo, lo que permitirá a los participantes ver los molinos de Aldán. Este último tramo supone una distancia de 41 kilómetros e incluye paradas para descansar en Albeida, Braño y el monte Tremuzo.