El turismo internacional abraza la nueva normalidad y vuelve a Arousa este otoño

El otoño, con sus cielos caprichosos y su particular paleta de colores, es una época tan buena como otra cualquiera para descubrir el mundo. Las ansias de viajar, congeladas durante lo más crudo de la pandemia, parecen haber vuelto con intensidad. La nueva normalidad parece instalada ya entre nosotros. Con ella han vuelto a asomar por Arousa los turistas extranjeros. Esos que durante el verano se contaban con los dedos de una mano pero que, desde el mes pasado, se dejan ver en recepciones de hoteles, en las paradas del Camino de Santiago, en restaurantes y en oficinas de turismo.

Es el caso de la de O Grove. Por ella han pasado durante las últimas semanas turistas llegados de Inglaterra, Francia, Alemania, Argentina, Colombia... Ese censo multinacional no sorprende a las responsables de la oficina de atención a los visitantes de O Corgo: «A partir de septiembre, siempre es así. Con el final del verano cambia el perfil del viajero. Ya no son familias, son parejas jóvenes o mayores, que no tienen que estar pendientes de los colegios, y que aprovechan para hacer viajes más largos», explican. El otoño, además, «es una época en la que suele llegar el visitante extranjero que no quiere mogollones, que quiere viajar tranquilamente».

El fenómeno, dicen, no es nuevo. O al menos, no lo era antes del covid-19. Porque la pandemia lo cambió todo, reduciendo al mínimo la visita de turistas extranjeros durante los meses de verano. «En verano tuvimos gente, pero era público nacional. Ahora llevamos un par de fines de semana con turistas portugueses. ¡Hacía muchísimo que no teníamos ningún visitante portugués!», explica Mónica Novas, del proyecto turístico Made in Fofán (Meis). También en Cons da Garda (O Grove), vuelven a contar entre sus huéspedes con personas de fuera de España. «En las últimas semanas hemos tenido varias habitaciones con visitantes extranjeros», explica Bea Castro.

La Variante Espiritual

La ruta que no falla. El gerente de la Mancomunidade do Salnés, Ramón García Guinarte, señalaba ayer que no han desmenuzado aún los datos turísticos del verano. Se congratula Guinarte del despertar, de nuevo, del turismo extranjero. «Nuestra comarca suele atraer a muchos portugueses por la Variante Espiritual del Camino de Santiago», señala. Efectivamente, son peregrinos muchos de los huéspedes lusos que empiezan a llegar a negocios como el de Mónica Novás en Fofán. «Por la variante también llegan bastantes polacos, que vienen en avión hasta Oporto y desde allí suben andando haciendo el Camino», apunta Guinarte.

El marisco

Sabor, sabor. Si hay otro fenómeno que haya logrado despertar el interés del público extranjero ha sido, históricamente, la Festa do Marisco. Este año, O Grove no celebrará su certamen gastronómico, pero eso no impide que este siga ejerciendo su influjo y atrayendo visitantes. Los hosteleros de la península meca tienen confianza en que el mes de octubre se cerrará con buenos datos, gracias sobre todo al puente del Pilar -las reservas hacen que los augurios sean buenos- y a la buena gastronomía del municipio meco, que adereza su oferta con naturaleza y con las Xornadas Marisqueiras. Una combinación que siempre ha seducido a nuestros vecinos de Portugal. 

Y el vino

Las bodegas nunca fallan. Rematando la vendimia, la Ruta do Viño Rías Baixas ha organizado una serie de visitas a bodegas que han resultado, como siempre, un éxito. Entre los participantes, personas llegadas de bien lejos, algunas del otro lado del Atlántico.

Caminante, hay camino

Paseos para todos los gustos. Será por lugares para andar. Desde la transitada Ruta da Pedra e da Auga, convertida en parte del trazado de la Variante Espiritual, a la nueva Vía Verde do Salnés, pasando por los largos paseos costeros -A Lanzada, Con Negro-, o entornos en los que tierra y mar componen una sinfonía muy particular, como ocurre en O Carreirón.

Por el mar

Variedad con sabor a sal. Recorrer la ría en uno de los barcos de pasaje que operan desde O Grove, hacer tranquilos viajes en veleros como el Chasula, visitar las Illas Atlánticas con alguna de las múltiples empresas de ocio náutico que han nacido en la ría y que se han especializado en mostrarnos el mundo desde una perspectiva diferente... El ocio vinculado al mar no para de crecer. La última incorporación al mismo se ha hecho desde tierra, con la ruta turística que recorre la costa de Carril, en Vilagarcía.

Los cruceros, el pulso que vuelve. Después de dos años sin recibir la visita de cruceros, este fin de semana se rompió esa tendencia en Vilagarcía. El Bolette y el Marina trajeron hasta la capital arousana a visitantes procedentes de Inglaterra y de Estados Unidos. Muchos se dejaron ver por la capital arousana.

experiencias

Yoga entre pinos. Vivir experiencias inolvidables. Ese es, cada vez más, el objetivo de muchos viajeros que llegan hasta nosotros. En A Illa, la residencia artística La Platanera lanza para este otoño una oferta muy seductora: retiros en la naturaleza exuberante de esta localidad arousana, prometiendo tranquilos paseos, trabajo artístico y yoga.

ornitología

Un paraíso para las aves. O Grove lleva años explorando el turismo ornitológico. Lo cierto es que la península meca es un lugar privilegiado para contemplar, durante el otoño, el anidamiento de aves migratorias. En general, todo el complejo intermareal Umia-O Grove está revestido de un gran interés para quienes disfrutan de la observación de pájaros. El Concello de Cambados, por ejemplo, asegura que «bastan uns prismáticos, un pouco de paciencia e percorrer a pé os diversos itinerarios do litoral cambadés para observar, identificar e contar aves de diversas especies».

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