Patrocinado por

El monasterio de la electricidad

VEN A GALICIA

Un majestuoso edificio levantado hace cerca de un siglo preside un entorno fluvial dotado de interesantes rutas para el senderismo y un singular hotel desperdigado en antiguas edificaciones industriales

16 oct 2021 . Actualizado a las 19:47 h.

Para llegar a la Central Hidroeléctrica del Tambre, en la parroquia de Santa María de Roo, municipio de Noia, hay que circular por una estrecha carretera que, por momentos, se convierte en un túnel forestal flanqueado por ramas y arbustos. A la estrechez del vial se suman pronunciadas curvas con las que se sortea el desnivel ocasionado por los siglos de erosión del río. A medida que se realiza el descenso, se van haciendo visibles en la orilla las instalaciones hidroeléctricas que se nutren del líquido elemento procedente del embalse Barrié de la Maza que se encuentra unos kilómetros más arriba y que llega a través de impresionantes tubos que, como arterias vitales, bajan por la ladera.

Pequeñas construcciones se van sucediendo a ambos lados de la calzada. Son antiguas dependencias que, en su tiempo, albergaban zonas industriales u hogares de los trabajadores de la central y que hoy se han convertido en coquetas dependencias del singular Hotel Pesquería del Tambre.

Ya casi a nivel del río, aparece al fondo, majestuoso, un impresionante inmueble con apariencia de monasterio, de tal forma que, cuando se descubre por primera vez, uno espera ver, en un momento dado, algún religioso asomarse o escuchar de fondo un canto gregoriano, pero lo que percibe, a medida que se acerca, es un zumbido que, al asomarse a alguno de los ventanales, se da cuenta de que, en el interior, en lugar de frailes cantores hay unas enormes turbinas que hacen realidad la teoría de Antoine Lavoisier, al transformar la energía del agua en energía eléctrica.

Arquitecto

El imponente edificio fue diseñado en 1924 por el arquitecto gallego Antonio Palacios, el mismo que proyectó el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de las Comunicaciones de Madrid o el Teatro García Barbón de Vigo.

Que el técnico diseñara la construcción con un cierto aire religioso quizás tuvo que ver con que, ya en el siglo XIII, en las inmediaciones, pero seguro que con unas instalaciones mucho más modestas, se encontraba una pesquería que surtía de lampreas y otras especies a los monjes cistercienses del monasterio de Toxosoutos, situado a unos siete kilómetros. De aquella explotación piscícola aún quedan reminiscencias.

Si interesantes son las arquitecturas que jalonan este espacio natural, las cuales tienen en su haber que se levantaron respetando el entorno y todavía hoy contribuyen a realzar este paraje, no son menos recomendables para el disfrute las rutas de senderismo que parten de las proximidades de la central, una de las cuales cuenta con un puente colgante que permite cambiar de orilla y otra posibilita ver de cerca construcciones que antiguamente se destinaban a la pesca de la lamprea, pero es necesario ir bien equipado y evitar zonas resbaladizas en las que ya se han producido lamentables accidentes últimamente.

Para acceder al angosto vial que lleva a la Central Hidroeléctrica del Tambre hay que tomar la salida de Sampaio en el corredor Noia-Santiago.