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Santiago protege después de Requián un magnífico bosque virgen

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

CRISTÓBAL RAMÍREZ

La iglesia, en el concello de Betanzos, fue levantada hace más de tres siglos

16 oct 2021 . Actualizado a las 23:14 h.

No es descubrir nada el afirmar que la devoción por Santiago es tal que iglesias de toda Galicia, del resto de España y de Europa entera (¡por no hablar de la América conquistada!) fueron puestas bajo la advocación y protección del Apóstol. Y que Betanzos tiene más de una. La principal, la más conocida, se halla en el centro, sobre el castro sobre el que se levantó la que llegaría a ser capital de provincia.

Otra está en Requián, un lugar muy pequeño. Cierto es que el edificio no va a asombrar ni mucho menos, pero el paseo en coche o en bicicleta es grato y, sobre todo, seguro: son zonas donde hay muy poca gente, un bosque magnífico y escasas posibilidades de contacto.

Desde Betanzos se coge la carretera a Mesón do Vento (hay salida señalizada en la A6), se deja a la derecha una gasolinera y 300 metros después, en el alto, se coge la carretera a la izquierda, DP-0105, para abandonarla unos metros más adelante puesto que a mano contraria una señal invita a ir a la iglesia de Requián.

Es medio kilómetro de pista estrecha para llegar al templo, con un pequeño aparcamiento delante y un seto muy cuidado con las palabras del topónimo.

La iglesia tiene un problema: el cementerio, enorme, se le ha echado encima, de manera que no permite una contemplación serena y global de esa obra de sencillo barroco que, sinceramente, no le luce lo que le podía lucir. Porque después de todo va para tres siglos de cuando colocaron la primera piedra.

Sí es posible dar la vuelta y comprobar que su planta es rectangular y que consta de una sola nave, con presbiterio cuadrangular al que se le añadió una pequeña sacristía. Si hay mucha suerte y está abierta se comprobará que tiene un sencillo pero bonito arco triunfal.

Quien vaya con la mente abierta tendrá la sensación de que algo no encaja bien en esa fachada. Y es que el doble campanario en la espadaña no guarda la que debería ser correcta proporción, parece mucho más de lo que le corresponde. Esa es una característica del barroco: llevar los volúmenes grandes a las partes más altas de los edificios, obligar a levantar la vista al cielo.

Después, a la izquierda, en ascenso, para ganar las casas de Xan Rozo, seguir de frente cruzando el Camino Inglés a Santiago (hay un marco jacobeo a la diestra), llegar a A Graña, pasar bajo la vía del tren y encontrarse con un stop con un pequeño parque infantil al frente. De ahí a Betanzos (está señalizado) cruzando despacio un precioso bosque que no figura en ninguna guía turística pero que una ruta de senderismo cruzándolo sería impagable. Y al desembocar en otra carretera más ancha, a la izquierda, ya muy cerca de la antigua capital de provincia.

LA IGLESIA

N 43º02'02W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

n En el bosque rumbo a Betanzos.

CAMINO INGLÉS

n Por Xan Rozo pasan peregrinos.

PARA NIÑOS

n No hay lugares peligrosos.