La posible confusión con los huesos de Santiago divide a peregrinos y turistas
19 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La investigación en la que el antropólogo forense Fernando Serrulla abre la hipótesis de que el cráneo incompleto atribuido a Santiago hijo de Alfeo pudiera ser el de Santiago el Mayor también suscita debate a las puertas de la Catedral. Peregrinos, turistas y compostelanos muestran su opinión sobre esta nueva hipótesis, que sostiene que los restos óseos atribuidos a Santiago el Menor no son compatibles con los que correspondería a su martirio según narran textos religiosos.
Santiago el Mayor, el apóstol por cuyo culto Compostela se convirtió en destino de peregrinación y cuyos restos supuestamente se encuentran en la cripta, probablemente fue decapitado por orden Herodes Agripa I en el año 44 de nuestra era, con la llamada muerte de los tres golpes con una espada corta: un golpe para dejar inconsciente a la víctima, otro para matarla ya en el suelo, y el último para decapitarla. Por su parte, el hijo de Alfeo, cuyo cráneo incompleto está supuestamente en la capilla de las Reliquias, murió por un traumatismo craneoencefálico producido por un objeto contundente. Así, la hipótesis de Serrulla defiende que el cráneo que se le atribuye a Santiago el Menor tiene unas lesiones que coinciden más con la muerte que se describe para el Apóstol Santiago.
«¡Qué lío!». Esta es la primera reacción de Alfredo Moreiro, procedente de Tenerife, al tratar el tema a su salida de la Catedral. A lo que añade: «Pues que lo solucionen, ¿no?». Una pregunta que, por ahora, no tiene respuesta, porque aunque la posible apertura del sepulcro sí aportaría más información, ni la Xunta, ni la Catedral, ni el propio Fernando Serrulla tienen intención de seguir adelante con esta sensible investigación.
Aunque no a todos les cogió por sorpresa la existencia de dicha hipótesis. Juan Pavón y sus compañeros de peregrinaje confesaban ayer conocer la posible confusión con los huesos del Apóstol porque lo habían leído en la prensa. «Yo lo dejaría como está, nosotros venimos todos los años a Santiago y no nos influye si están o no cambiados esos restos», comenta Juan. Una opinión con la que concuerdan Paula Domínguez y Eduard Verat, procedentes de Barcelona: «Si el cráneo pertenece a uno u otro no influye para nada en la fe que tiene la gente». Ambos admiten que tampoco investigarían los restos, y que es mejor «dejarlo estar».
«Yo también dejaría el tema así», declara María del Carmen Martín, de Madrid. «Soy católica, tengo una fe en Santiago bárbara y a mis noventa tacos ya no tengo mucha opinión, pero que lo dejen como está», bromea. Su sobrino, Daniel Puerta, confiesa que es ateo y que invertiría el dinero que podría llegar a costar el hecho de volver a investigar estas reliquias para otros asuntos «más importantes», precisando que «los restos tienen valor de peregrinaje independientemente de a quien pertenezcan».
En realidad el debate que existe estos días en las calles de Compostela data de hace 30 años. Fue en el 1991 cuando Fernando Serrulla, responsable de la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia, estudió y analizó estas reliquias por encargo de la Xunta. Lo hizo sin poder sacarlas de la basílica y en escasos diez días, que fueron los que le autorizó la Iglesia.