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De Florida a Fisterra con las cenizas de un familiar para cumplir su último deseo: volver a hacer el Camino

Rebeca Cordobés

VEN A GALICIA

La familia de Alejandro Castaño echó ayer sus cenizas en Fisterra
La familia de Alejandro Castaño echó ayer sus cenizas en Fisterra ANA GARCÍA

Alejandro Castaño murió antes de realizar su sueño: «Durante el trayecto lloramos, nos reímos y nos acordamos de él. Lo sentimos como si estuviera con nosotros»

25 oct 2021 . Actualizado a las 11:52 h.

Cuenta la leyenda que quien no vaya de vivo a San Andrés de Teixido, tendrá que hacerlo de muerto. Fue el privilegio divino concedido al santo cuando los peregrinos dejaron de visitar su templo para dirigirse a Santiago. Lo cierto es que el Apóstol nunca necesitó ayuda para atraer a miles de personas de todo el mundo en vida. Hay incluso quienes regresan una vez fallecidos. Así lo pidió Alejandro Castaño, un colombiano afincado en Florida cuyo último deseo era hacer, de nuevo, la ruta xacobea. Murió antes de poder cumplirlo. Por eso, su familia y amigos regresaron a Galicia con sus cenizas para acompañarlo en su último Camino. Ayer se las dejaron al viento de Fisterra.

«Mi padre amaba el Camino. Lo hizo tres veces. La última ya con la enfermedad», relata Tatiana Castaño. A su padre Alejandro le diagnosticaron un tipo de ELA muy agresivo que lo postró en una silla al poco tiempo de hacer su penúltima ruta a Compostela: «Cuando ya estaba mal, volvió a Santiago. Vino andando con una amiga de la familia cuyo esposo había fallecido de la misma enfermedad».

Nada podía frenar a Alejandro, destaca Tatiana, que define a su padre como una persona «llena de sueños». Ni siquiera cuando la enfermedad lo paralizó por completo apartó su deseo de volver al Camino. Fue la película I'll push you la que lo hizo volver a soñar. El documental recoge la historia de un grupo de peregrinos que empujan a un amigo en silla de ruedas hasta Santiago.

«Su sueño era hacer el Camino. La familia y los amigos decidimos venir con él y llevarlo en silla de ruedas. Incluso fuimos a probar a un parque. Estuvo a punto de caerse varias veces, pero lo pasó genial. Llegó a casa diciendo que había sido el mejor día de su vida y convencido de hacer el Camino de nuevo», relata Tatiana.

Familiares y amigos de Alejandro al llegar a Fisterra, tras hacer el Camino de Santiago con sus cenizas.
Familiares y amigos de Alejandro al llegar a Fisterra, tras hacer el Camino de Santiago con sus cenizas. ANA GARCÍA

Pero la enfermedad quiso llevarse a Alejandro Castaño, de 58 años, antes de tiempo. Fue hace cuatro meses. «Cuando estaba muriendo, mi madre le preguntó si quería volver al Camino y él le contestó que sí con los ojos. En aquel momento ya no podía hablar y se comunicaba con la mirada», cuenta su hija.

Decidieron entonces cumplir el último deseo de Alejandro. Así, la expedición de 18 peregrinos, formada por familiares y amigos del fallecido, partió desde Florida hacia Fisterra. «Creamos un grupo para que los que no pudieron venir también nos acompañaran en la distancia. El resto hicimos el Camino con las cenizas. Fuimos por donde él solía ir y nos hicimos fotos grupales con una foto suya. Durante el trayecto lloramos, nos reímos y nos acordamos de él. Lo sentimos como si estuviera con nosotros. No nos pasaba desde que murió», cuenta Tatiana emocionada.

Descansar en Fisterra

Alejandro, que no pudo volver a Santiago en vida, alcanzó el Obradoiro el pasado miércoles en forma de ceniza. Esas mismas que ayer dejaron sus familiares en Fisterra, mientras los últimos rayos de sol iluminaban el fin del mundo.

Pero, igual que el faro se convirtió en el finis terrae sin ser el final de la Tierra, que Alejandro ya no esté de forma física no quiere decir que se haya ido del todo. Su recuerdo vive en todas las personas que lo acompañaron en su último Camino. Y, quién sabe, quizás sus cenizas vuelen ahora hacia San Andrés de Teixido.