Algunas de estas casas solariegas se han reconvertido para darles una nueva vida
24 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Vestigios de una época en la que la nobleza y notables intelectuales paseaban por Barbanza, los pazos se erigen como pruebas físicas de historias épicas que apenas se conocen. La comarca está llena de estas construcciones, con todo tipo de detalles arquitectónicos que esconden leyendas fascinantes.
A Pobra
Huella de Valle-Inclán. La villa pobrense es una de las localidades de la zona que más conjuntos conserva, la mayoría en manos privadas y casi todos en buen estado. El más destacable es Torre Xunqueiras, declarado conjunto histórico artístico en 1981. Según la norma que rige los espacios BIC debería tener unos horarios para la visita del público, pero esta es una asignatura pendiente. Dentro del casco urbano se encuentra también la Torre de Bermúdez, integrada en el museo del escritor Valle-Inclán.
Explorando algo más el municipio, los visitantes pueden apreciar también el complejo señorial de O Couto, detrás de la iglesia de Santiago de O Deán. Construido en el siglo XVIII, el edificio de la familia Valderrama tiene una fachada barroca y está rodeado de jardines, que incluyen un laberinto. En A Ribeiriña se sitúa el pazo de A Mercé. Esta construcción, parcialmente derruida, está pendiente de ser reformada. Según explica la familia propietaria, está a la espera de que Patrimonio autorice las actuaciones para reconvertirlo en un establecimiento hostelero.
En restauración. En el municipio boirense, todavía se conservan dos pazos de especial importancia. El más relevante es el de Goiáns, declarado bien de interés cultural en el 2010. Actualmente esta construcción del siglo XVIII está siendo rehabilitada para darle una nueva vida.
Esta localidad posee otro destacado: el pazo de Fonteneixe. Esta edificación se fecha entre los siglos XVI y XVII. Dentro, el complejo dispone de una capilla dedicada a la Inmaculada Concepción, así como dos hórreos y una fuente. Está en manos privadas y posee viñedos con los que se elaboran caldos bajo la denominación Viños da Terra.
Outes
Pazo do Tambre. A orillas del río Tambre se encuentra este impresionante conjunto. El pazo es ahora un hotel rural y un salón para celebraciones, pero cuando se comenzó a construir, en 1918, la familia portuguesa propietaria pretendía mantenerlo como casa señorial. A pesar del cambio, el interior sigue conservando los tesoros de la época, con chimeneas de mármol y camas con dosel, que se pueden ver en visitas guiadas.
Noia
Casas señoriales. La villa noiesa está conformada por toda clase de complejos señoriales. Algunos se encuentran en el casco urbano, como A Casa da Xouba, de estilo gótico, o el pazo de Forno do Rato, también conocido como pazo de O Bispo. Este fue declarado monumento nacional en 1981. Peor conservada está la fortaleza de O Tapal, de la que solo queda un ventanal gótico.
Isla de Sálvora. Erigida en 1770 como fábrica de salazón y reconvertida en pazo en 1958, este inmueble es uno de los elementos destacados de la isla de Sálvora. En Ribeira también está el conocido como pazo de los Marqueses de Revilla.
Porto do Son
Nebra. En la parroquia de Nebra se encuentra un pazo que pertenecía a la familia de los Caamaño, cuyo escudo se conserva en la fachada de la casa principal, aunque también pueden observarse los de otras familias.