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«¡Ay, dios mío, qué pena!»: el recado que no pudo ser dado a Fran Rivera, que peregrina por Pontevedra tocando la guitarra

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

VEN A GALICIA

Fran Rivera, a la derecha, durante su etapa del Camino en Barro junto al hostelero Gabriel Lamoso
Fran Rivera, a la derecha, durante su etapa del Camino en Barro junto al hostelero Gabriel Lamoso CEDIDA POR GABRIEL LAMOSO

El torero se dejó ver por el santuario de la Peregrina, donde no se percataron de su presencia para hacerle una petición sobre sus trajes de luces. En Barro, en cambio, un hostelero le cazó hoy para fotografiarse con él

28 oct 2021 . Actualizado a las 19:34 h.

El Camino Portugués de Santiago, ese que viene desde las tierras lusas hacia Compostela por el sur gallego y que cruza Pontevedra, sigue sumando rostros conocidos en este otoño con temperatura veraniegas en las Rías Baixas. A principios de octubre fue la influencer María Pombo la que, rodeada de otras colegas de profesión, como Carlota Maranon, Lucía Avendaño o Aina Simón, pasó como peregrina por la ciudad pontevedresa. Luego lo hizo también la popular presentadora Ana Rosa Quintana, que además de caminar hacia Compostela se dejó seducir por los sabores de la ciudad, ya que cenó en el espacio gastronómico del mercado de abastos de Pontevedra. Y, ayer y hoy, en la comarca pontevedresa se pudo ver haciendo la ruta jacobea al torero Fran Rivera, hijo mayor de Paquirri. De hecho, a media mañana de hoy, un hostelero de Barro, Gabriel Lamoso, del Mesón Don Pulpo, aprovechó que le vio pasar para hacerse una fotografía con él. Dijo que el torero lleva muy bien el esfuerzo que supone la ruta. Pero, antes de que este hostelero se cruzase con él, Rivera dejó una curiosa historia en Pontevedra

Resulta que Fran Rivera se dejó ver, el miércoles por la tarde, en las inmediaciones del santuario de la Peregrina. Por allí estaba, a aquellas horas, Marucha Marescot, que es la camarera de la Virgen de la Peregrina, es decir, la mujer que lleva medio siglo vistiendo a la imagen y que se encarga de su limpieza y cuidado. Ella no se percató de la presencia del torero. Y hoy lo lamentaba profundamente, ya que tenía un recado importante que darle: «Ay, dios mío, qué pena tengo!», indicaba. Y proseguía: «Yo llevo tiempo pendiente de ver a algún torero porque quiero pedirle si, de buena voluntad, no forzosamente, podría donar un traje viejo que tenga para la Virgen de la Peregrina. Ella ya tiene dos vestidos hechos con trajes antiguos de los toreros y ahora necesitaba otro. El oro de esos trajes se reutiliza para hacerle la vestimenta y queda de maravilla», contaba. Explica ella que, con anterioridad, dos toreros le cedieron trajes a la Virgen de la Peregrina. El primero fue Julián Marín, en el año 1948. Y el segundo fue Ángel Teruel,en 1975. A Marucha le gustaría que hubiese otra donación y hoy lamentaba no haberse dado cuenta de la presencia de Fran Rivera para pedírselo.

El torero, que ayer se fotografió con algunos fans en Pontevedra, hoy continúa su ruta hacia Compostela. Sobre las 13.00 horas llegó a la aldea de San Amaro, en Barro. No se acercó a probar la buena gastronomía del mesón Don Pulpo, uno de los bares emblemáticos del Camino. «Estamos en obras, es difícil vernos», señala Gabriel, el dueño del local. Pero el hostelero sí llegó a fotografiarse con el matador unos metros más adelante del bar. Para entonces, Fran Rivera había hecho un alto del camino y estaba tranquilamente tocando la guitarra. «Iban en un grupito de seis y él llevaba la guitarra y la estaba tocando. Me dijo que llevaba muy bien la ruta», explica. Gabriel, por su parte, le deseó que la lluvia no le estropee las etapas finales hacia Compostela. 

Si finalmente completa todas las etapas, no será la primera vez que Fran Rivera se deja ver como peregrino en Compostela. En el año 2015 hizo la ruta desde O Cebreiro, acompañado de su mujer, Lourdes Montes. Entonces, se mostró misterioso con el motivo que le había llevado a caminar: «Es algo muy personal y no me apetece hablar», había dicho. Luego, en el año 2018se dejó ver también como caminante por Ourense, ya que hizo la ruta mozárabe. En lugares como Xunqueira de Ambía había parado a fotografiarse con los vecinos. En esta ocasión, parece que tampoco rehúye de los flashes. Al menos, se fotografía con los espontáneos que así se lo piden. Eso sí, de momento, no está dando cuenta de su peregrinaje en las redes sociales.