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Un peregrino en dirección contraria

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

VEN A GALICIA

En las primeras etapas de su Camino solidario a Santiago de Compostela, el grovense Pichi se cruzó con muchos romeros en ruta hacia Roma

01 nov 2021 . Actualizado a las 16:43 h.

Hace diez días, el grovense Juan Francisco Prieto se subía a su bicicleta en la plaza de San Pedro de Roma. Iniciaba allí, al filo de las siete y cuarto de la mañana, un viaje espiritual y solidario: un camino hacia Santiago de Compostela con el que pretende recaudar fondos para la Asociación Anduriña, un colectivo de la comarca de O Salnés que trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad. No es la primera vez que Francisco -Pichi para todas sus amistades y para quienes, sin serlo, siguen sus hazañas ciclistas- se embarca en una aventura de este cariz: ya en el mes de abril había realizado su primera incursión en el mundo de las Pedaladas Solidarias. Fue narrando aquella aventura a través de Facebook, igual que ahora, de nuevo a través de la red social, va contando los pormenores de su viaje.

Sabemos, así, que Pichi encontró «diabólico» el tráfico de la Ciudad Eterna. Y sabemos, también, que disfrutó de lo lindo de la Vía Francígena, el camino que tradicionalmente seguían los peregrinos ingleses que se dirigían a Roma. «La Vía Francígena es impresionante, súper bonita, con unos pueblos encantadores y maravillosos», nos cuenta a través del teléfono. Según su relato, son muchos los peregrinos con los que se cruza. Y cruzar, en este caso, es el término exacto, porque casi todos van en dirección contraria a la de nuestro ciclista solidario. «Es como el cuento de la autopista, ¡cuánto loco en dirección contraria! Hasta que te das cuenta de que el único loco eres tú, porque aquí la gente que está de peregrinación va hacia Roma, no como yo, que lo estoy haciendo al revés», relata.

En los últimos días, Pichi ha ido bordeando la costa mediterránea, haciendo un recorrido por localidades con nombres con ecos de glamur y lujo. «Pasé por Cannes, por Montecarlo, por Niza... Fui bordeando toda la costa y ahora [ayer mismo] me metí un poco hacia el interior, hacia Arlés. Me esperan pueblos chulísimos de Francia», dice en una de las paradas que hace para tomar aire, para reponer fuerzas. El paisaje y la buena causa por la que pedalea compensa a Francisco Prieto el esfuerzo realizado. «Está siendo un viaje muy agradable, aunque para mi gusto hay mucho asfalto y mucha carretera, y poco monte», comenta.

 Quizás ese asfalto «excesivo» sea la razón de que el viaje esté discurriendo «a más velocidad de lo que estaba previsto». Así que en cosa de seis días estará atravesando la frontera y entrando en España por Cataluña, más en concreto por Gerona; después hará parada en el monasterio de Montserrat. Acabará por enlazar con el Camino Francés en Puente la Reina, y esa será la última fase de un viaje de 2.600 kilómetros en el que todo el mundo puede darle un empujón: se puede colaborar con la causa de Anduriña «apadrinando un kilómetro» del recorrido bien a través de migranodearena.com o de la cuenta de Anduriña en Abanca.

El dinero se destinará a Anduriña, una entidad nacida en O Grove que trabaja para eliminar todas las barreras -las que se ven y también las que no- con las que se encuentran las personas con algún tipo de discapacidad.