Por toda la provincia de Ourense se reparten los cementerios históricos y singulares, con el BIC de San Francisco al frente
31 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los cementerios ourensanos se convierten en punto de encuentro en estos días. Muchos son los que han pasado ya por los camposantos en los que suelen estar sus familiares para limpiar lápidas y panteones, arrancar las malas hierbas y devolver el patrimonio que ha ido pasando de generación en generación a sus mejores momentos para que luzca en condiciones durante la jornada en la que la tradición marca el reencuentro con los seres queridos. La cita es mañana.
Por toda la provincia se pueden encontrar esos cementerios singulares que destacan sobre los demás por algunas características. Desde la ubicación a la singularidad del entorno, pasando por los huéspedes ilustres que allí han decidido morar o por sus vistas, tamaño u otras características. Algunos han entrado en la categoría de ilustres -como el BIC de San Francisco- y una gran mayoría son los que descansan en un entorno privilegiado por su ubicación y por sus vistas. También hay recintos de muertos en la provincia de Ourense que, por desgracia, han pasado a mejor vida y ya solo son una referencia histórica para los ourensanos: el desaparecido recinto funerario de la praza da Madalena. Los que a continuación siguen son solo un ejemplo de los camposantos singulares que se encuentran diseminados por las parroquias de la provincia de Ourense.
Ilustres y herencia histórica
San Francisco es la joya de la corona. En el cementerio del centro de la ciudad están los nombres de referencia de la cultura gallega y de la propia urbe: Otero Pedrayo, José Ángel Valente, Blanco Amor, Vázquez Gulías, Ben-Cho-Shey o Antón Tovar son solo algunos de sus moradores. Tiene la condición de BIC y en su día se valoró promoverlo para entrar en una ruta patrimonial, aunque no se materializó la iniciativa. El de As Caldas, constreñido por las infraestructuras urbanas, mantiene el legado de A Ponte y el viejo concello de Canedo.
Descanso con vistas
Algunos de los camposantos ourensanos que gozan de una ubicación privilegiada son los de Santa María de Petín -desde donde se ve el embalse y el valle-, San Fiz (Bande) o el de Casaio, que colgado sobre la ladera se recorta contra el fondo de las minas a cielo abierto de pizarra que marcan el paisaje de Carballeda de Valdeorras. En el de Allariz, donde está enterrado Risco, se encarama sobre el paseo del Arnado y el río Arnoia a su paso por la villa. También el de Castro Caldelas mira al horizonte para disfrutar de la Ribeira Sacra. El parroquial de Bande es otro con una ubicación privilegiada.
Aire para la capital de O Ribeiro
La evolución urbana de Ribadavia convirtió al recinto funerario de la capital de O Ribeiro en un espacio singular más del conjunto patrimonial. Como en el caso del recinto monumental de San Francisco de Ourense -el relevo llegó con Santa Mariña- en la villa ribadaviense fían al nuevo plan urbanístico la elección de un espacio donde poder desarrollar el proyecto del nuevo cementerio municipal. Hasta ahora la falta de normativa dificultaba dicha actuación.
Un castro por sótano
Enmarcado por castiñeiros y carballos, en Moldes (Boborás) están enterrados Antón Losada Diéguez y Manuel Chamoso Lamas. La iglesia románica es monumento histórico nacional desde 1946. En su entorno se rodaron escenas de A Esmorga.
Viñas anegadas
Encaramado en la roca está Santa María de Castrelo de Miño. La línea del horizonte cambió hace décadas y los viñedos del valle están bajo una lámina de agua.