Las rehabilitaciones del patrimonio fabril permiten crear espacios de ocio y de divulgación
31 oct 2021 . Actualizado a las 20:13 h.Industrias que cambiaron la economía y la sociedad de los lugares donde se establecían, hoy son edificios rehabilitados que componen áreas de disfrute y esparcimiento al tiempo que recuerdan ese pasado. Barbanza cuenta con numerosas construcciones que en su día fueron florecientes negocios relacionados con el mar, la construcción, la alimentación la minería o el papel.
Lousame
Industria papelera. A orillas del río Vilacoba nació en su día una potente industria papelera que alcanzó gran esplendor en el siglo XIX, aprovechando precisamente la energía de las aguas. Siguiendo la ruta del río, en apenas cuatro kilómetros, aparecen varios molinos rehabilitados e integrados en un área recreativa, la antigua fábrica de papel de Brandia y vestigios de la tradición minera de la comarca, con cavidades de hasta doce metros de profundidad.
Minas de San Finx. Precisamente, a la hora de hablar de la tradición minera destaca como ejemplo de patrimonio recuperado el poblado de San Finx. Actualmente, se puede visitar la antigua escuela, reacondicionada como centro de interpretación, así como el taller y la casa de máquinas. También se ha habilitado una cafetería y restaurante en el antiguo cuartel, e incluso se proyecto para hacer visitable una de las galerías subterráneas.
Noia
Talleres Aco. El antiguo taller naval se ha acondicionado, al igual que su entorno, para integrarlo en un circuito de sendas que recorre el borde marítimo de la localidad, que actualmente llega hasta Abruñeiras. Tras la consolidación de los muros de la industria, los próximos trabajos consistirán en la instalación de una pasarela peatonal que conecte el actual paseo con la zona.
Muros
Molino de marea. Localizado en la parroquia de Serres y con un dique de más de 230 metros de longitud, este edificio constituye uno de los más grandes entre los de su tipo en toda España y parte de Europa. Rehabilitado en 2005, el molino de marea constituye una muestra de cómo se aprovechó la energía del mar para poder seguir produciendo harina cuando los ríos se secaban.
Fábrica de Sel. Esta antigua salazonera compuesta por cuatro naves fue primero reconvertida en una industria conservera y posteriormente adquirida por el Concello para museo y centro de actividades náuticas y culturales.
Ribeira
Antigua salazonera. La vieja fábrica de salazón de O Castro también se ha acondicionado, convirtiendo el lugar en el que se ubica en una área de esparcimiento muy atractiva. Los planes del Ayuntamiento van más allá, ya que pretende recuperar la nave para crear un espacio divulgativo que permita conocer el pasado de las fábricas de salazón y la importancia que estas tuvieron en el desarrollo económico del término ribeirense.