Un plano dibujado sobre la pared de la Catedral de Lugo recuperará su esplendor varios siglos después
VEN A GALICIA
La rehabilitación del claustro incluirá la puesta en valor de las trazas de montea hechas en las paredes del complejo
21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En el claustro de la Catedral de Lugo hay muchos detalles que lo hacen único, y uno de ellos es que todavía se conservan en sus paredes trazas de montea que a lo largo del siglo XVIII se utilizaron como si fuesen planos a escala real. Las trazas de montea son marcas hechas en las paredes (ya fueran incisas, hechas con grafito o dibujadas sobre superficies caleadas) que se hacían para que carpinteros y canteros tomaran con precisión las medidas de los diferentes elementos constructivos.
En el caso del claustro de Lugo, en solo unos metros se concentran los tres tipos de trazas de montea, pudiendo observarse, por ejemplo, las marcas que sirvieron para dar vida luego a algunas molduras del claustro, e incluso al remate del baldaquino de la Catedral, la montea más espectacular de las que se conservan en el templo.
Como estas trazas no dejaban de ser guías para hacer los trabajos, cuando se acababa la construcción se picaban o se enlucían para taparlas. Eso fue lo que ocurrió con el remate del baldaquino. Con el paso de los siglos se fue tapando con sucesivas capas de encalado, pero hoy en día todavía se puede percibir.
A la vista de la riqueza que suponen estas monteas, y aprovechando la rehabilitación del claustro por parte de la Xunta, se recuperarán y pondrán en valor estas guías de hace cerca de 300 años. «Son dibujos preparatorios que se disponen a través de los muros de las naves del claustro, destacando el del diseño del remate del baldaquino del altar mayor, que está realizado con policromía y dorado, y que actualmente se encuentra parcialmente cubierto por sucesivas capas de encalados que se fueron superponiendo a lo largo de los siglos con el fin de ocultarlo. El objetivo es recuperar la lectura completa de este diseño ya que tiene un gran valor documental y es una montea única en cuando a sus dimensiones y complejidad», describe Uxía Aguiar, responsable de Parteluz, empresa encargada de la restauración del claustro junto con la madrileña In Situ.
El trabajo de recuperación de la montea del remate del baldaquino es especialmente difícil. Para lograrlo, técnicos del Grupo de estudios aplicados a patrimonio de la Universidad de Santiago han estado recogiendo muestras para «caracterizar tanto los restos de policromía de las monteas, como los elementos de deterioro que comprometen a los materiales constitutivos esta construcción, como por ejemplo las sales que disgregan los urinarios que flaquean los arcos principales». Esta investigación servirá a los restauradores para decidir con más precisión y seguridad los productos y los métodos más adecuados para llevar a cabo la restauración.