Historias y mitos se combinan con los paisajes para crear un patrimonio inmaterial único
29 nov 2021 . Actualizado a las 13:37 h.El patrimonio inmaterial se ha vuelto tan valioso como las construcciones históricas y demás elementos tangibles. No son pocas las personas que disfrutan al escuchar una buena historia o las memorias de sus ancestros, pero para que esto sea posible las leyendas no deben perderse. Una buena forma de acercarse a ellas, además de tenerlas presentes, es recorrer y aprender a ver con otros ojos esos lugares donde, dicen, ocurrió todo.
Una princesa enterrada
El municipio ribeirense tiene una mitología variada, donde la realidad se mezcla con la ficción, como ocurre con la conocida historia de las heroínas de Sálvora. No obstante, menos personas son las que han escuchado hablar de los llantos de la princesa atrapada bajo las arenas de las dunas de Corrubedo, que debe ser liberada a través de un pasadizo que, se dice, existe bajo la gran piedra de la Herrera.
Sin moverse demasiado lejos, simplemente asomándose a la laguna de Carregal, hay quien asegura que en los días claros puede llegar a vislumbrar las trabes de las casas de Malverde, la ciudad sumergida también conocida como Valverde.
Peral de vida
El río Pedras es el hogar de un sinfín de historias mitológicas. Desde las lavanderas que piden ayuda para torcer la ropa hasta una poza mágica en la que bañarse en la noche de San Juan. Existe también una puerta hacia el otro mundo en el conocido como Pozo Negro. En sus profundidades también hay un árbol que da peras de oro. El día que este se seque, el río Barbanza se quedará sin agua y los seres humanos desaparecerán de la Tierra.
Castigo divino
Esta suerte de extinción fue la que, se dice, corrieron los habitantes de la aldea maldita de Abuín. La leyenda cuenta que fueron ellos quienes asaltaron el monasterio de Armenteira y, al día siguiente, todos empezaron a morir contagiados de una supuesta peste. Hay quien dice que los visitantes de este enclave rianxeiro deben andarse con ojo, pues el tesoro, maldito o no, sigue escondido bajo alguna de las casas que aún se conservan.
Pozo encantado
Otra fortuna oculta es la que está en la conocida como Cova da Moura, en el dolmen de Argalo. Aunque la piedra superior fue robada hace mucho tiempo, puede que para cerrar una leira, cuentan las historias que el megalito contenía un pozo habitado por una mora y, si se presta atención, se oirán salir sus cantos.
Cíclopes y piratas
Otros sonidos extraños son los que salen de la cueva de Fonforrón, que se convierte en una caja de resonancia que permitía a los marineros saber cuándo era buen momento para salir a faenar. Puede que sea esto lo que ha alimentado los mitos de monstruos marinos que se refugian allí durante el invierno, o las historias de contrabandistas que buscaban huir a través de ella.