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Cinco locales gallegos que brillan por Navidad

Patricia García, María Doallo, María Garrido, María Hermida, Carlos Crespo

VEN A GALICIA

Oscar Vázquez

Vuelven las luces a la calle, las ramas de abeto, los lazos de terciopelo. Porque no hay nada que llene más el espíritu estas fiestas que una buena decoración, hoy en YES os llevamos de ruta por los locales para que vivas tu propio «Love Actually» gallego

07 dic 2021 . Actualizado a las 19:04 h.

El espíritu de la Navidad viguesa se contagia a toda Galicia. La Navidad vuelve a los escaparates. Lo contaba hace unos días The New York Times, con el regreso de los grandes montajes para las fiestas en las tiendas de la Quinta Avenida. Galicia no es Nueva York, y tampoco hace falta, pero la Navidad se deja sentir por sus calles. Y en algunos locales podrás vivir unas fiestas de película. Porque aquí han sacado todo el armamento para que te sientas como un niño por un momento y vivas con toda la ilusión posible las fiestas: estos establecimientos brillan por Navidad.

 Una Navidad como las de antes: clásica, con mucho verde, rojo y dorado. Esa fue la inspiración de la decoración que luce en Cantón 23, en los Cantones de A Coruña, desde antes del Black Friday.

MARCOS MÍGUEZ

Cuando cae la noche, este increíble edificio de galerías se ilumina por completo con pequeñas luces que recorren toda la fachada. Hay coronas verdes decoradas con lazos rojos que cuelgan de las ventanas, un espectáculo que llama la atención y anima a abrigarse en su interior. «Buscábamos la Navidad de siempre y la atemporalidad», explica Silvia Vázquez, la responsable de Magnolia Concept, una de las empresas que participó en la decoración de este espacio. «Cantón 23 tiene un ambiente muy neutro, así que usamos mucho verde con abeto y también personalizamos unas bolas blancas con el logo dorado del local». Silvia destaca las coronas navideñas con lazos de terciopelo y piñas, «un guiño muy gallego». Dentro del local todo es una mezcla de luces, mucho verde y algún toque rojo. Destaca la vitrina antigua que estos días se llena con productos navideños de Villar. La idea, explica Silvia, era jugar con el dorado, el color del grupo Montesqueiro, al que pertenece el local, y crear una decoración «atemporal, que respete la estética del espacio, que juega más con los tonos neutros».

«Está muy acogedor. Es un lugar que invita a entrar», cuenta Lucía Cidón, la directora del grupo Montesqueiro. Prepararon el local para que cualquiera pueda acercarse y disfrutar de su ambiente de Navidad, además de dejarlo listo para cenas de grupo y la de Fin de Año. Un rinconcito de A Coruña donde sentir que en cualquier momento puede aparecer Papá Noel por la puerta; donde regresar a la infancia y los encuentros navideños en familia. Un escaparate que, como las tiendas de Nueva York, recuerda a la gente que pasea por los Cantones que estamos en Navidad. 

Contagiando ilusión

Santi M. Amil

En Ourense, la Navidad en los comercios y restaurantes se empieza a propagar a partir del puente de la Constitución. Sin embargo, a algunos rincones de la capital, el espíritu navideño llegó este año antes que nunca. Es el caso de la cafetería Niza, en la rúa do Progreso de la capital. El emblemático bar ourensano está a rebosar de luces desde principios de noviembre. «Aquí ya empezó la Navidad. Quisimos adelantarla porque hace mucha falta. La decoración y las luces contagian ilusión, todos los clientes nos lo dicen, y además el año pasado ya vivimos una Navidad rara y vacía, así que teníamos que compensarla», explica Susana Rodríguez, propietaria del café junto a su marido, José Manuel Martín. La ourensana ha apostado por la decoración con plantas y flores naturales, gracias al equipo de la floristería Brioenflor. «Nos inspiramos en las coronas típicas de los cuentos de Navidad», admite. Así en su local lucen un buen puñado de estas piezas. Bien salpicadas de luces de colores. «Cuanta más luz, más alegría», afirma Susana.

No escatimó en este material, que es el protagonista en la decoración de la cafetería. Un reno luminoso da la bienvenida a los clientes en la puerta. «Llama tanto la atención que hasta se hacen fotos con él», confiesa la hostelera. El Niza es un negocio que lleva más de treinta años trabajando desde primera hora de la mañana a última de la noche en el corazón de Ourense. En él ya son tradición los brindis de la tarde de Nochebuena y de Fin de Año. «Vienen pandillas de amigos y familiares que son clientes desde que eran niños y ahora se juntan con sus parejas e hijos. Es algo precioso, nos emociona muchísimo y nos llena de ilusión», afirma Susana. De hecho, ella y José Manuel suelen sumarse a brindar junto a sus clientes, como la gran familia que ya son. «Estas fechas nos recuerdan lo importante de compartir la vida con los que nos rodean y nos animan a valorar lo que tenemos, por mucho que algunos se centren en lo que les falta», explica la ourensana. En este local lo tienen claro y han querido que las luces brillen bien fuerte por fuera para que así iluminen también el corazón de todos los que pasen por la cafetería Niza. «Deseamos que estas sean unas buenas fiestas para todos y esta decoración es nuestra forma de contribuir y de decirlo bien alto», termina. 

A La flor «le pega»

xoan a. soler

Decoración, decoración y más decoración. Así es La Flor en estas fechas, un ambiente recargado, íntimo y acogedor y que se viste de fiesta más días que ningún otro local de Santiago, donde las luces de fiesta de las calles no se encendieron hasta ayer. En este negocio de la rúa Casas Reais la Navidad se extiende en el calendario desde finales de noviembre hasta principios de enero, enganchando casi una larga etapa de transformaciones desde los días de Difuntos hasta el carnaval. Es uno de los bares con cocina del casco histórico con más éxito de la última década larga, que es el tiempo que ha pasado desde que los nuevos propietarios le dieron una vuelta al café abierto en 1943, que todavía mantiene los techos de escayola y el suelo de terrazo. Ni espacios diáfanos, ni líneas puras, ni un aparente orden, ni medio metro cuadrado sin su elemento ornamental. Así son las paredes y las estanterías durante todo el año, a las que ahora se suman más luces, las bolas típicas de los árboles colgadas de un lado a otro y los paquetes de regalos con papel brillante.

«Nos gusta, y además creemos que a La Flor le pega», comenta Manuel Camiña sobre su apuesta por la decoración navideña, con la que se adelantan a la mayoría de la hostelería local, que prefiere esperar al tuneo navideño hasta el puente de diciembre para garantizarse que las flores frescas llegan a Reyes. Él es la mitad de esta creación hostelera que tiene una clientela muy heterogénea que se mueve en el filo del baby boom y que agradece la gran capacidad del local para refrescar su imagen, una renovación constante en la que tiene mucho que ver la otra mitad del negocio, la viguesa Sandra Fuente. Después de estudiar Ciencias Políticas y Deseño de Moda, y de trabajar en varios locales de la ciudad por cuenta ajena en los que siempre dejó su huella, se entusiasmó con el traspaso de un local al que le fue dando su toque personal. Con La Flor quiso revivir su infancia y recuperar una estética que identifica con su madre, siempre rodeada de libros, cuadros y otros objetos curiosos como máscaras, litografías y plantas colocadas por todos los rincones. Buena atención, una cocina sencilla de la mañana a la noche que ofrece algunos bocados originales y música en su volumen justo son los ingredientes que hacen de La Flor uno de los locales favoritos de los compostelanos para celebrar encuentros navideños, e incluso para tomar una primera copa. Sandra reconoce que la «saturación» decorativa es cosa suya, pero lo aplica a su negocio convencida de que los espacios impersonales acaban por cansar a la gente.

La Piada, siguiendo a Abel

CAPOTILLO

Más al norte del puente de Rande, en Pontevedra, el efecto Caballero, es decir, la euforia por inaugurar la Navidad cuanto antes, también se siente. Lo cuenta Alicia Bugallo (Pontevedra, 1984) con una sonrisa enorme en la boca y un brillo en los ojos que para sí quisieran muchas luces navideñas. «Si Abel empieza la Navidad en noviembre, ¿por qué no nosotros?», señala con retranca. Alicia es la cofundadora de La Piada, un local de Pontevedra donde se come rápido, pero sano y rodeado de encanto. La Piada, que debe su nombre a que es una piadinería artesanal donde la estrella es un producto típico de Italia, brilla con luces navideñas desde hace ya días. No es una decoración recargada, pero sí evidente, cuyas lucecitas están prendidas de la mañana a la noche, combinadas con estrellas doradas y mimetizadas con la estética en tonos tostados del local.

A Alicia la pregunta que hay que hacerle no es cómo decoró su restaurante tan pronto, sino cómo logró no hacerlo antes. Porque ella, tal y como reconoce, es «un duende navideño». Confiesa que en su casa está también el árbol puesto. «Hasta el año pasado, en lo peor de la pandemia y con el local cerrado, vinimos a decorar, no hay que perder el espíritu navideño», dice esta empresaria pontevedresa que quizás dé pronto la sorpresa y expanda su negocio —que lleva a medias con su hermana— a Vigo. Por luces, ya debería haber llegado allí.

Una parada más en Vigo

Oscar Vázquez

Recuerda Rocío Porto, relaciones públicas del hotel Nagari, que cuando en las Navidades del 2016 el hotel comenzó a lucir su decoración temática era algo único. «Hoy somos una parada más en la ruta navideña de Vigo», comenta.

Y es que la apuesta iba ya muy en serio entonces y se ha reafirmado aún más ahora que la iluminación y la decoración de la ciudad es un reclamo. «La gente que viene a ver las luces de Vigo también espera que el hotel esté a la altura en ese sentido». Y vaya si lo está.

Lo descubren nada más entrar. Un enorme y vistoso árbol de Navidad decora gran parte de la recepción. A partir de ahí, cada rincón del hotel ha sido decorado con mimo para estas fechas. «Todo el hotel cambia su ambientación en Navidades. Es el momento del año que más mimamos. Intentamos cuidar hasta el último detalle», cuenta Rocío Porto. Los adornos en vinilo y las luces convierten la de la terraza de la cafetería Manhattan en una idílica estampa navideña. También las mesas del restaurante cuentan estos días con una decoración floral con flores frescas. Y, por supuesto, las luces son también protagonistas en el skybar, donde se ha ubicado un navideño photocall.

Pero nada en el Nagari se crea por azar. Todo tiene un sentido. Y la decoración navideña se realiza cada año en torno a un motivo diferente. El escogido en este 2021 es la ópera Fidelio, de Beethoven. En torno a ella girará la ambientación musical, algunos elementos ornamentales y la presentación de los menús y de los platos de las cenas y comidas de gala que tendrán lugar en Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Reyes. Unas cenas y comidas en las que, además de ofrecer «lo mejor de nuestra cocina y de nuestra materia prima», el hotel busca también con su decoración «que el cliente no sienta en ningún momento la frialdad de un restaurante, que se sienta en un entorno familiar».