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Avanzadilla en tierras de Vizoño, desde donde se controlaba el golfo Ártabro

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

C.R.

Un castro de unos 90 metros de diámetro, una ermita dedicada a las Angustias y un curioso crucero de mediados del siglo XX coronado por una cruz celta hilvanan la caminata por Abegondo

12 dic 2021 . Actualizado a las 14:20 h.

Hoy más que nunca es el día para buscar lugares solitarios con el fin de salir sin miedo al contagio. Lugares que ofrezcan algo que ver o que aprender, y que a pesar de que el tiempo toda esta semana que acaba no ayudó, permitan dar unos pasos al aire libre y en soledad.

Además, siempre es buen momento para seguir asombrándose de la línea defensiva de poblados que se levantaron en la prehistoria en la parta más alta de esa línea de montañas, en el borde de lo que es casi una meseta, que sirven de barrera entre A Coruña y Santiago, territorio común a ambos.

Una idea: llegarse a Betanzos y continuar hacia Mesón do Vento, deteniéndose en As Travesas y allí coger a la izquierda a Xanceda. Medio kilómetro antes de pasar bajo la AP-9, nuevo desvío, a la izquierda, rumbo a Vorducedo Grande. Y en el siguiente, tras haber dejado a la espalda la autopista, a la diestra.

A los 50 metros se ve un desnivel acusado. Apárquese ahí, porque, en efecto, eso es un castro, denominado de Vizoño. Lo que debió ser el foso permite hoy el paseo, ciertamente no muy cómodo por la vegetación, pero así se llega a un punto en el cual es posible acceder al recinto prehistórico. Con la salvedad, no menor, de que se trata de un terreno privado, de manera que hay que poner un pie tras otro con sumo respeto. Ante los ojos, un poblado fortificado casi circular: 90 por 87 metros miden los diámetros.

Continuando por la pista algo más de medio kilómetro, el viajero se encuentra con dos sencillos monumentos populares ante los que procede que parar. Están uno frente al otro, y el que más volumen ocupa es el menos relevante.

La ermita de Nosa Señora das Angustias muestra una concepción arquitectónica y ornamental que llama la atención por su simplicidad. Da para una foto, nada más. Pero el cruceiro que se alza frente a ella, pista asfaltada por medio, ya es otra cosa. Y conste que de antiguo no tiene nada, puesto que data de la mitad del siglo pasado, pero en la parte superior muestra nada menos que una cruz celta. ¿A quién y por qué se le ocurrió poner un símbolo celta en la Galicia profunda en aquellos oscuros y paupérrimos años?

Tema de conversación o de reflexión para el paseo: un poco más abajo la pista se bifurca, se elige la izquierda, el asfalto acaba en una vivienda y sigue descendiendo de manera acusada, para ponerse en paralelo al Rego de Conxo, totalmente emboscado hasta tal punto que se oye pero no se ve. Y se despierta la duda: ¿Ese outeiro de la derecha es otro castro? ¿Quizás anterior al primero, habida cuenta su cercanía a la indispensable agua y su inaccesibilidad, a diferencia del de Vizoño? Pues una vista a Google Maps alimenta esa duda, porque forma tiene, y desnivel en sus posibles murallas, también.

VORDUCEDO GRANDE. 43°09’22’’N 8°19’20’’W

CALZADO. Indispensable botas de agua para recorrer el foso.

LA MEJOR FOTO. En la zona del Rego de Conxo.

PARA NIÑOS. Lugar seguro.