Caballero tiene rival con estos gallegos que decoran sus casas al más puro estilo americano. Algunos han empezado en agosto a montar una decoración que brilla a kilómetros
22 nov 2023 . Actualizado a las 10:34 h.La Navidad no empieza hasta que Nano Pérez y Charo García encienden las luces de su casa en Santa Cruz de Montaos (Ordes). Ninguno de los dos vivió en Estados Unidos ni tienen vinculación con Norteamérica, pero la decoración navideña de su casa recuerda estos días a las viviendas de las películas americanas. Cada año, alrededor del 3 de diciembre, Nano y Charo tienen todo listo para iluminar la noche junto a la carretera nacional 550, y cada año también incluyen novedades en la decoración para no dejar de sorprender a vecinos, amigos y a todos los que circulan por la carretera. En este 2021 se colocaron luces led en los árboles del exterior de la casa y se modificó la distribución de algunos de los arcos de luces de la fachada «para que destaque un poco más», apunta Nano Pérez. Además, se instaló un muñeco de nieve de más de dos metros, que resta protagonismo al papá Noel de dos metros, que acaparó la atención en las últimas Navidades.
El encargado del diseño de los muñecos es Nano, que también asume la creación del armazón y del montaje final; mientras Charo García se encarga de la tarea de vestir a la figura. Un trabajo de meses, que hace a ratos. «Empecé más o menos en septiembre. Entre la tela, doce metros, y el resto del material fueron unos 70 euros», apunta Charo. No faltan detalles en el exterior: dos renos, uno de ellos de elaboración propia hecho hace unos años; trineos, carros y, además del papá Noel gigante, otro más con trineo luce en la fachada. Luces y luces en los árboles y arbustos completan una decoración que hacen «porque nos gusta y disfrutamos con ella». Nano nos adelanta que, en su cabeza, ya está empezando a tomar forma la imagen de unos Reyes Magos para colgar de la fachada.
Si la decoración exterior es lo suficientemente llamativa como para que muchos coches se detengan delante de la casa para admirar el trabajo, el interior de la vivienda es aún más increíble. Hay luces alrededor de cada puerta y ventana, guirnaldas decorando los pasamanos de la escalera que conducen a la segunda planta y al sótano, y relieves navideños en los cristales de la ventana de la cocina. En cada rincón de la casa hay algún detalle navideño. Las piezas decorativas del interior son regalos, y otras fueron compradas en tiendas de Ordes y de Santiago durante años. Después de varias Navidades visitando el hogar de Nano y Charo, los papás Noel clásicos y el árbol de Navidad —que este año combinan de rojo y verde— siguen siendo lo más espectacular de la decoración interior, que se completa con renos, varios belenes, pequeños árboles navideños, una casa de muñecas, farolillos y muchas luces.
La verdad es que no falta ningún detalle, y lo mejor es que ambos disfrutan con el montaje de la decoración, que los mantiene ocupados durante, al menos, diez días. Ahora, con todo preparado, la pareja solo espera que el covid les permita sentar a la mesa a su familia más cercana.
Miguel y Tamara (Gondomar): Empezaron en agosto, en cuanto llegó el pedido de luces
Una pareja de Gondomar ilumina cada noche el cielo de Mañufe con un artístico espectáculo navideño diseñado y hecho por ellos mismos. Desde la carretera de A Ramallosa, a varios kilómetros de distancia, es visible su vivienda en cuanto encienden las 19.000 bombillas led que componen su decoración. A Miguel y a Tamara Santos siempre les gustó disfrutar de la Navidad, pero su ilusión y dedicación por la decoración de estas fechas ha tenido un antes y un después por el covid. Esta pareja descubrió en el confinamiento el momento de dar rienda suelta a su imaginación. El año pasado sorprendieron a todos sus vecinos con un árbol de seis metros de altura y 3.660 bombillas led, y este año se han superado doblando la apuesta.
Son más de 7.000 las bombillas que iluminan su árbol, cuya corona iguala el techo de la casa. Gracias a un camión grúa que le prestaron en Elevaciones Rama, pudieron colocar las dos estrellas que coronan el abeto y, desde la cima, caen un total de 64 tiras luminosas que componen el escenario sobre el que se representan sus coreografías lumínicas. Miguel es ingeniero informático y ha diseñado el programa que permite acompasar los juegos de luces con la música. El espectáculo arranca cada día a las seis de la tarde, en cuanto oscurece, y se prolonga hasta las diez. A las horas en punto y, siguiendo la banda sonora que suena por los altavoces con una selección de canciones universales, las luces parecen tener vida propia y danzan dibujando figuras de distintos colores sobre el abeto durante unos veinte minutos. El juego de lucería se mantiene el resto del tiempo, pero sin música. Además de haber duplicado el número de luces, han ampliado el escenario y los elementos en escena. Han adornado también otros árboles y, este año, también está Papa Noel a bordo de un trineo tirado por perros en vez de renos. Tras esta puesta en escena hay meses de trabajo. Esta joven pareja que ilumina la Navidad en Mañufe explica que los preparativos arrancaron ya en agosto, en cuanto reciben su pedido de luces. La ilusión que consiguieron contagiar el año pasado entre sus amigos y vecinos les compensa el esfuerzo.
Carlos y María: «Algunos bromean con que tienen que ponerse la máscara de soldador para poder mirar hacia nuestra casa»
A Carlos González y a su mujer, María Alves, les sobra la imaginación y también el optimismo. Lo vienen demostrando muchos años a través de las distintas decoraciones con las que visten el bar que él tiene en la plaza Mayor de Ribadavia, La huella del gato. «Ella me llama friki, pero después se anima a ayudarme con todo y es una suerte, la verdad. Adornamos a lo grande para Halloween, para la Festa da Istoria... todo lo que sea divertido», explica Carlos. Por supuesto, siguen la misma línea en Navidad. Su casa, situada a la entrada del municipio ourensano, es la que más brilla de todo Ribadavia. «Lo cierto es que siempre decoramos, pero en el 2020, con el parón que supuso el covid para mi negocio, decidí apostar por hacerlo a lo grande. Fue una forma de mantenerme ocupado y al mismo tiempo pensaba que el resultado podría animar a los vecinos a que se sumasen y así llenar de luz esta zona», afirma el hostelero ribadaviense.
Todo el exterior de su casa está salpicado con tiras de bombillitas de colores. Han colgado renos luminosos y en vez del clásico árbol de Navidad, han creado el suyo propio. «Es un pino hecho con una estructura de hierro y muchos adornos que hizo María. Antes comprábamos uno natural y al terminar esta época lo plantábamos, pero terminaba secándose, así que ahora optamos por tirar de creatividad», añade. Metros y metros de luz que van incrementándose año a año. Tanto que esta casa ya es conocida en Ribadavia por ser una de las más navideñas. Y de las que más brillan, claro. De hecho los vecinos ya bromean con el tema. «Algunos dicen que tendrán que ponerse la máscara de soldador para poder mirar hacia nuestra casa», afirma Carlos, entre risas. Eso sí, ha conseguido su cometido y son muchos los que ya se han sumado a esto de decorar las fachadas de sus viviendas. «Creo que la alegría se contagia. En esta zona tenemos vecinos con unas propuestas navideñas preciosas», apunta. Por eso, anima a todo el que quiera empaparse de espíritu navideño a que visiten Ribadavia.
Ángeles Iglesias (Lugo): «Tardamos todo el puente de diciembre en colocar las luces»
En una de las urbanizaciones de adosados a las afueras de la ciudad de Lugo, la Navidad brilla con toda su fuerza. En el conocido como polígono de Louzaneta, Ángeles Iglesias, con su hijo de 12 años como cómplice, no falla en su cita anual del alumbrado navideño. Para llegar hasta su casa, hay que acceder desde la carretera N-540, desde donde sus luces ya se pueden ver. Figuras, bombillas de colores, acebo, árboles y hasta un proyector recubren la vivienda unifamiliar de esta lucense. «Nos encanta la Navidad y ver nuestra casa así de bonita», confiesa. Ángeles vive en la urbanización desde hace 11 años y cuenta que fue de las primeras que se animó a alumbrar su vivienda: «Desde entonces, ha sido una costumbre que no traicionamos y cada año vamos añadiendo más decoración». Además de la ilusión navideña, esta lucense afirma que sobre todo lo hace porque a su hijo, desde que era más pequeño, le entusiasma ver brillar su casa. Tras tantas Navidades ampliando la colección de luces, ahora casi toda la fachada, las plantas del exterior, la entrada, el garaje y los laterales están también cubiertos. «Para una zona de la terraza que ahora está vacía pedí un pino iluminado que todavía no llegó, pero si no lo podemos usar en estar fiestas, quedará seguro para las siguientes», cuenta. Pese a ser un año complicado en lo económico por los altos precios de la luz, para esta lucense y su hijo la ilusión navideña puede con todo. Por eso, se pasaron todo el puente de la Constitución colocando el alumbrado. «Da trabajo, pero merece la pena, porque lo hacemos con muchísima ilusión», explica Ángeles. Una vez puestas, todas las luces están programadas automáticamente para que se enciendan varias horas todos los días de la Navidad, incluyendo el proyector que ilumina de colores un lateral de la vivienda: «Mis vecinos dicen que les llega a ellos también la luz y que eso les alegra». De hecho, la lucense relata que tras ver la alegría que transmite su casa, más viviendas de la urbanización se animaron a poner luces. Aunque no solo conquistó a sus vecinos, sino que mucha gente se para delante de su casa a diario para verlas.