La villa incrementa su atractivo con el alumbrado y multitud de adornos para sacarse fotos
19 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Para esta Navidad, Noia se ha engalanado de forma especial, convirtiendo su flamante casco histórico en una colorida ruta luminosa. La Alameda y la zona antigua son las protagonistas indiscutibles de la villa, pero este año hay novedades en emblemáticas construcciones.
El alumbrado del término destaca por su originalidad y el estreno de adornos lumínicos, algunos de los cuales permanecerán en monumentos importantes. La edila Laura Salgado, responsable de la concejalía de Comercio, ha asegurado que también se ha perseguido la eficiencia energética. Explicó que «parte de la iluminación de la casa consistorial se ha instalado de forma permanente. Son luces led, que colocamos con la idea de encenderlas con diferentes colores según la temática de los distintos días conmemorativos que hay durante el año». Repiten los cordones que engalanan el arco de la puerta, ventanas y la parte superior.
En las luces de la Alameda también hay novedades. El palco de la música resplandece, como culminación a un recorrido marcado por las hileras de palmeras iluminadas con bombillas amarillas. «Este año recibimos un montón de felicitaciones por las luces, sobre todo en la Alameda. A la gente le gustó muchísimo como ha quedado todo», señaló Salgado.
Diversas figuras
El casco histórico ha vuelto a ser una prioridad a la hora de prepararse para las fiestas, porque ahí es donde se concentra la mayoría del comercio noiés. Figuras de Papá Noel portando regalos, plazas adornadas con bombillas de colores y detalles lumínicos en macetas y plantas engalanan las entradas de muchos locales. En cada rincón, los visitantes pueden encontrar todo tipo de decoraciones navideñas. Dentro de la parte antigua de la villa también destaca el tren instalado en la plaza de O Tapal, frente a la iglesia de San Martiño, declarada monumento nacional en 1931 por su singular arquitectura en la que destaca su pórtico.
A este respecto, la concejala subrayó que «las luces en el casco histórico son prioritarias porque atraen a la gente a donde están los comercios».
Pero los adornos se extienden también fuera de esta parte de la villa. En el paseo de Labarta por ejemplo, se han colocado dos árboles de luces de cinco metros al final del camino, según señaló la edila. Un conjunto que dar realce a la localidad.
