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Ocho destinos para visitar en invierno

VEN A GALICIA

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Aldeas nevadas, acantilados contra los que bate furioso el mar, un baño termal bajo la lluvia, playas por fin desiertas, jardines que no florecen en verano... Hay mil planes fantásticos para sacarte de casa estos días. Coge el plumas y el paraguas y desperézate

01 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Convierte el invierno en primavera y descubrirás que puedes disfrutar de playas desiertas, de jardines que florecen en esta época y de acantilados que se convierten ahora en un verdadero espectáculo. Te presentamos los ocho destinos que no deberás perderte en esta época del año. 

O Cebreiro

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Un clásico en días de nieve 

Es el destino recurrente de las unidades móviles televisivas en días de nevada. Pero también el de muchas familias urbanas que encuentran, gracias a su accesibilidad, apenas a 4 kilómetros de la A-6, una opción excelente para vivir, en muchos casos por primera vez, el contacto con la nieve. Ubicada a 1.300 metros de altitud, la aldea de O Cebreiro ha sabido conservar buena parte de su arquitectura tradicional, coronada por la iglesia prerrománica de Santa María la Real, datada en el siglo IX, lo que convierte su blanca estampa en una aún más idílica postal. Una visita al museo etnográfico o un tentempié calentito en alguno de los mesones de la rúa Real, ayudarán a completar el plan de la jornada.

Manzaneda

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Más que una estación 

Los aficionados al esquí disponen en Galicia de una única estación, la de Cabeza de Manzaneda. Con una cota mínima de 1.500 metros y una máxima de 1.800, ofrece 23 pistas que suman un total de 17 kilómetros esquiables. Además de la estación de esquí y del anexo parque multiaventura, el municipio de Manzaneda cuenta con otros atractivos que justifican de sobra la visita, como su coqueto casco histórico medieval, el imponente y milenario castaño de Pombariños o la suculenta gastronomía de la comarca de Trives.

Lalín

Miguel Souto

El cocido, el rey de la gastronomía invernal 

No todo van a ser paisajes nevados o bucólicas aldeas. Cuenta el invierno con otros atractivos que tienen que ver con la cocina y los manteles. Si hay un plato por excelencia de esta temporada, ese es el cocido. Y si hay una comarca en la que ese plato es casi una religión es la de Deza-Tabeirós. En su capital, Lalín, se celebra la feria del cocido. Pero no es preciso esperar a esa celebración. Hay mil lugares en los que cualquier día es perfecto para dar cuenta de este clásico invernal. 

La ruta de las camelias

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La flor del invierno en las Rías Baixas

Justo ahora, que los grandes bosques caducifolios lucen desnudos, es cuando en las Rías Baixas florece la camelia, una flor habitualmente cultivada en nobles pazos y solemnes jardines. Hace unos años se diseñó una ruta turística de norte a sur de Galicia a través de 12 pazos y jardines, públicos y privados, donde la camelia reina en todo su esplendor. Desde el castillo de Soutomaior a los pazos de Quiñones de León, Oca, Lourizán, Quinteiro da Cruz o Santa Cruz de Ribadulla, pasando por el parque do Castro o la casa museo de Rosalía.

A Illa de Arousa

MARTINA MISER

Toda para ti 

Cada año son más las personas que, a pesar de sus muchos e incuestionables atractivos, renuncian a visitar A Illa de Arousa durante la temporada estival. Tal es su nivel de saturación. Pues bien, todos sus atractivos siguen estando ahí presentes también en invierno: sus paradisíacas (y ahora desiertas) playas, sus senderos, sus paseos, sus espacios naturales y, por supuesto, su extraordinaria gastronomía marinera. Y sin aglomeraciones ni el engorro de tener que compartirlo todo con miles de turistas.

Piornedo

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El portal de Os Ancares 

Aunque no son pocos los estragos urbanísticos cometidos en su entorno que han adulterado en buena medida su valor etnográfico, la visita a Piornedo, especialmente en invierno, sigue siendo un valor seguro. La aldea conserva aún algunas pallozas y sobrecoge imaginar la vida en aquel lugar y en aquellas condiciones. Piornedo y Campa da Braña son, además, puntos de acceso a los principales destinos montañeros de Os Ancares, bien para senderistas intrépidos o esquiadores de travesía.

Fisterra

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El espectáculo del mar embravecido 

Pocos elementos naturales pueden ejercer un mayor poder de fascinación que el de un mar embravecido. Los acantilados de la Costa da Morte se enfrentan ufanos a la furia del Atlántico originando un espectáculo de belleza incontenible. Su disfrute requiere evidentemente de extremas precauciones, pero son muchos los miradores perfectamente protegidos desde los que poder contemplarlo. Es el caso, por ejemplo, del hotel O Semáforo, habilitado en el antiguo faro de Fisterra. Escuchar a su calor y abrigo el rugir del mar y el batir de las olas en una noche de temporal se torna una experiencia sobrecogedora a la vez que hipnótica.

Lobios

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El refugio termal

Su nombre ya lo dice todo: río Caldo. En la vertiente gallega de las montañas del Gerés nace este afluente del Limia que a su paso por Lobios cuenta con unas piscinas naturales de agua termal en el propio lecho del río. El contraste entre el frío del ambiente exterior y el calor de las aguas hace aún más placentero si cabe el baño en este lugar. Quienes prefieran un tratamiento menos «salvaje» hallarán apenas a unos metros las modernas instalaciones del balneario Lobios Caldaria.