Tuvo la mejor tasa de ocupación y es uno de los dos más valorados por los clientes
04 ene 2022 . Actualizado a las 10:59 h.El parador de turismo de la Costa da Morte, situado en Lourido, en la parroquia de Moraime (Muxía) cerró ayer por temporada, y reabrirá el 1 de abril. Pese a todas las dificultades, derivadas especialmente de la pandemia en un sector particularmente castigado, sus responsables se van de vacaciones y de período de mantenimiento muy satisfechos, porque ha sido el parador con mejor ocupación del España, en torno al 92.5 % hasta noviembre.
Faltan por cerrar los datos de diciembre, en los que se han notado las cancelaciones derivadas de las nuevas medidas y el alto índice de contagios, pero aún así ha estado en casi el 70 % de promedio. Y fin de año y año nuevo, del 30 al 1, ha sido muy bueno, con paquetes de tres noches que han tenido una acogida excelente, incluso por clientes que habían cancelado antes, pero cambiando para dar la bienvenida al 2022, como explica el director, Julio Castro Marcote.
Y si la ocupación hasta noviembre ha sido la más alta de la red de Paradores en España, la de satisfacción de los clientes, en las encuestas internas, también ha estado en el top, aunque en los últimos días el de Coria lo superaba por una décima y bajaba al segundo lugar.
No solo eso: para la reapertura, en abril, ya hay reservas, especialmente los fines de semana, con varios eventos y congresos ya programados. Y esa va a ser una de las claves de que aumente su éxito, algo que no se ha podido explotar hasta el momento por motivos evidentes. Dando por hecho, claro, que la situación sanitaria va a mejorar en estos meses.
Los precios de las habitaciones ya están disponibles desde el 1 de abril, y los más bajos rondan los 120 y 130 euros con alojamiento y sin desayuno. Desde ahí, hacia arriba, paquetes y programas de fidelización aparte. Son estas tarifas, seguramente, las más bajas del año, gracias a la antelación, porque lo habitual es no bajar de los 200 euros con pocas jornadas de reservas. La inmensa mayoría de los visitantes han sido nacionales, por las limitaciones de viaje.
Año y medio desde la apertura, con períodos muy intermitentes
El parador ha cogido al fin su velocidad de crucero, que incluye el previsto parón invernal de 90 días. No ha sido sin tiempo, ya que la intermitencia y los plazos alargados han sido características comunes desde que se prometió en el 2002, con el Prestige (en noviembre se cumplirán 20 años), aunque habrá que esperar un año más para el compromiso exacto con la ubicación en Muxía. Incluso desde que por fin abrió, el 25 de junio del 2020 (pese a estar previsto para el 4 de abril), sufrió como todos la falta de clientes por los cierres perimetrales, cerró en enero del 2021, iba a reabrir en marzo y fue necesario esperar al 18 de junio, especialmente por unas obras en las habitaciones (hay 63). Y ya, desde entonces, sin parar y con excelentes resultados.
Desestacionalizar
El director, Julio Castro, es consciente de que el efecto llamada cuando se produce una apertura, por la novedad, arrastra a muchos clientes, pero dadas las reservas y las opiniones (muchas de ellas pueden leerse en la propia web de Paradores) no parece flor de un día. Espera que las grandes citas de fines de semana o varios días se vayan consolidando, y en general avance la desestacionalización, clave para asegurar buenos índices en la temporada baja
Castro también destaca que los clientes sueñen desplazarse por Muxía y por el resto de la comarca, generando sinergias y movimiento económico de un visitante cuyo perfil es de poder adquisitivo alto. Las opciones de rutas, como la del Camiño dos Faros, dice, son otros de los alicientes para alojarse.
Julio Castro, director: «A xente queda impresionada con isto, di que non hai nada así»
Julio Castro Marcote lleva varios días intensos, culminados ayer, antes de los tres meses de cierre, y no ocultaba su satisfacción. Por lo que los clientes dicen del parador, sí, pero también por lo que le comentan de la ubicación, de Muxía y de la Costa da Morte en general. «Moitas veces non confiamos nas posibilidades do destino, porque somos de aquí e estamos afeitos a ver isto. Pero chega a xente de fóra e queda impresionada, alucinan, din que non hai nada así, diferente a todo, o mar, o ambiente, todo... E a xente busca cada vez máis isto, natureza e natureza. Andar, gozar da paisaxe. Son moitos os que quedan varios días», explica.
