La maravillosa «Galicia profunda», aunque llena de belleza y cosas que ofrecer, tiene que esforzarse siempre para que se fijen en ella. Da igual que esté a diez minutos de una ciudad. Cualquier iniciativa con el adjetivo de rural tiene que sudar la camiseta para salir adelante. Son conscientes de ello en Vilaboa donde, aún así, decidieron apostar por una iniciativa navideña propia de esos encantadores pueblos europeos que salen en las películas. Es un humilde y a la vez innovador «mercadiño» en el que seis artesanos locales mostrarán, hasta el día 6 de enero, todo lo bueno que saben hacer. La visita merece la pena por muchas razones. Entre ellas, porque es apostar por una economía sostenible.
Allí están, con sus puestos navideños, artesanos como Víctor Tajes, pintor de profesión y profesor de dibujo en Vilaboa, que ofrece bisutería artesanal hecha con arcilla polimérica y cuerda de cáñamo. En otro puesto da lo mejor de sí Pilar Blanco, que hace joyas esmaltadas artesanalmente con técnicas tradicionales. Y, atención, la reina de su stand es la camelia. Ella logra transformar en joya la flor del invierno, demostrando la enormísima versatilidad de esta especie.
Diana e Iván son los artesanos que están detrás de un taller llamado Arcadia Coiro que, como su nombre sugiere, ofrece todo tipo de accesorios hechos en cuero. Tienen desde bolsos a cinturones, carteras o viseras. Todo ello con un objetivo: producir de forma respetuosa y sostenible con el medio ambiente.
Las coloridas manualidades de Rocío Jiménez le ponen el punto divertido al mercado. Ella señala que se lo toma como una aventura, ya que nunca antes había pensado en sacarle partido a lo que sale de sus habilidosas manos. En su puesto hay llaveros con letras y formas diferentes, pulseras, colgantes para móviles, pisapapeles, muñecos de ganchillo, adornos de Navidad y un sinfín de detalles originales,
Vino caliente
Como en los mejores mercadillos navideños europeos, en el de Vilaboa se puede combatir el frío con el vino caliente y los rollitos de canela que ofrece Alberto Garabatos, que tiene una larga oferta dulce, como las magdalenas con queso y frutos rojos. Y, complementando las exquisiteces gastronómicas, en el mercadillo de Vilaboa están Carlos Acuña y Xacobe García con sus mermeladas ecológicas.