Lo que se ya conoce invita a soñar. Lo que aún se guarda en un cajón es para encender fuegos artificiales en los corazones. Pero la irrupción en las últimas semanas de la variante ómicron ha obligado a poner los puntos suspensivos a un año que puede ser histórico
07 ene 2022 . Actualizado a las 14:55 h.La escena no podía ser mejor. Población vacunada en su mayoría, público de pie ya en recintos cerrados, relajación en las restricciones y sensación de empezar a cerrar el penoso paréntesis de la pandemia. A las puertas, un año xacobeo que promete pirotecnia, nombres importantes y conciertos históricos. Pero un inesperado giro de guion llamado ómicron ha vuelto a meter el miedo y la incertidumbre en el cuerpo. «El pasado día 5 de diciembre, las promotoras gallegas tuvimos una reunión con la Xunta para presentar proyectos para el Xacobeo. A finales de mes nos decían algo, pero con todo esto de la variante la cosa quedó en suspenso», explica Raquel Seijo, codirectora de Sweet Nocturna, una de las agencias potentes de Galicia, de las que nutren de artistas internacionales la agenda de la comunidad. «Estas son cosas importantes y esto te hace volver a la misma incertidumbre del verano», añade. Uno de los conciertos ya anunciados que llevan es el Imagine Dragons, el 11 de julio en O Monte do Gozo. Otro, el de Sting en el parque de Castrelos, de Vigo, el 6 de agosto, este repescado del año pasado. «Y hay muchas más cosas pendientes de anunciar», añade.
Sí, 2022 es el año de tirar la casa por la ventana. Entre todo lo que se ha dejado de hacer en los dos años anteriores (también figura Marc Anthony, que tiene pendiente dar el 17 de junio el concierto que no pudo ofrecer en el 2020) y todo lo que se desea hacer, puede convertirse en el año definitivo de la música en directo en Galicia. Ahí está O Son do Camiño, que tendrá lugar entre el 16 y 18 de junio. Su cartel aún está en el cajón, pero las palabras de Kin Martínez, uno de sus responsables, invitan a salivar: «Es un festival totalmente diferencial. Si se hace con todo lo que tenemos cerrado, será, sin duda, un cartelón». A la espera de que se despeje la bruma en el sector, esa retahíla de nombres se desvelará en las próximas semanas. Sí se conoce el plantel del Resurrection Fest, que resucitará en Viveiro del 29 de junio al 3 de julio con pesos pesados como Korn, Judas Priest, Deftones, Sabaton y Avenged Sevenfold. Pilla el inicio de un julio infartante. «Lo que hay ese mes es tremendo», dice Seijo. «Hay muchísimas cosas, pero mucha incertidumbre, sobre todo con los artistas americanos», apunta Martínez. El Portamérica, que también dirige, este año se ha desplazado a junio (2, 3 y 4 de junio en Caldas de Reis y Portas) con Lori Meyers, Rozalén, Baiuca y Coque Malla, entre otros artistas y cocineros. «Este año traemos a 50 estrellas Michelin, un cartel único en el mundo», asegura.
La mayoría de los festivales aún están por configurar. Se sabe que en el FaCeLa Fest (13 y 14 de mayo, Lugo) estará The Wedding Present y Triángulo de Amor Bizarro. Que al Vive Nigrán (15 y 16 de julio) viene Rigoberta Bandini. Que al Sonrías Baixas (del 4 al 6 de agosto, Bueu) van Kase.O, Rayden y Arnau Griso y que al Revenidas (del 7 al 11 de septiembre, en Vilaxoán) acudirán Baiuca, Zoo y SFDK. Pero queda mucho por desvelar en un panorama en el que habrá nuevos eventos al amparo del Xacobeo.
Donde están hechos los deberes y expuestos al público es en el Coliseum de A Coruña, el recinto cerrado de referencia para la música en directo en Galicia. «Teniendo en cuenta que para el verano se buscan los espacios abiertos y nombres internacionales, lo que hemos hecho es cerrar lo más posible la programación del resto del año», apunta Javier Rodríguez. Coincide con Raquel Seijo: «La verdad es que en julio hay dos o tres semanas de absoluta locura en Galicia». En la agenda del recinto que dirige se da cita la primera división comercial de la música nacional actual: C. Tangana (24 de febrero), Fito y los Fitipaldis (18 y 19 de marzo), Leiva (30 de abril), Alejandro Sanz (con fecha en junio por confirmar), la gira de despedida de Joan Manuel Serrat (8 de julio), Malú (17 de septiembre) y Melendi (22 de octubre). Además, otros dos artistas de ese nivel están pendientes de cerrar fecha para el tramo final del año.
Todos serán llenos. Varios, de hecho, ya tienen las entradas agotadas desde los primeros días de salida. ¿Y si hay que aplicar alguna medida restrictiva? «Con los artistas nacionales ya se secuencian los conciertos para que el público tenga asegurada la asistencia», dice Rodríguez. Esto puede suponer, por ejemplo, el desdoblamiento de la fecha, si fuera necesario. «Siempre se trata de no aplazar y nunca cancelar», indica. A todo este plantel de relumbrón hay que sumar las citas internacionales: Van Morrison (31 de marzo), Il Divo (15 de julio) y Alejandro Fernández (17 de julio). También aquí hay en la retaguardia algunos nombres apalabrados —algunos actuales y otros históricos— que, de confirmarse, harán brillar aún más este listado.
LAS SALAS CON GANAS DE VOLAR
En el mundo de las salas, el quiebro de los acontecimientos de las dos últimas semanas de diciembre ha sentado como un bofetón. Pero se mira al futuro con optimismo. En Pelícano, de A Coruña, por ejemplo, lo tienen claro. «Vamos a poner toda la carne en el asador», dice Luis Diz, su gerente. Indica que la respuesta del público tras el verano ha sido tan positiva que les lleva a ver el futuro con enorme optimismo: «Ha sido todo sold-out». En su horizonte más próximo tienen ya a Yung Beef (5 de febrero), Baiuca (25 de febrero), Beret (4 de marzo) Tanxugueiras (26 de marzo) y Zoo (1 de abril). «Estamos cerrando cosas internacionales. Esto tiene que moverse porque el sector lo necesita. Los contratos se hacen con cláusula covid por si hay problemas, pero hay que mirar adelante», sostiene Diz.
Otro punto de referencia, Capitol, también luce una agenda apretadísima. Aunque en los últimos días tuvieron que aplazar varias fechas, en su agenda se encuentra La M.O.D.A. (20 de enero), Corizonas (28 de enero) y León Benavente (26 de febrero). Cabe destacar, también en ese recinto, el Xacobeo Importa con Jacob Collier (5 de marzo), White Lies (15 de abril), Eagles Of Death Metal (23 de abril). Y luego están todas las pequeñas salas que mantienen el fuego de la música en vivo tras casi dos años de penurias, vaivenes y, en muchos casos, drama. No se debe olvidar que por el camino que han caído locales como el Bâbâ Bar (A Coruña), Forum Celticum (Culleredo) y Contrabajo (Vigo), los primeros eslabones de la cadena.
David Pedrouzo, responsable del Cafe Pop Torgal de Ourense y programador de SON Estrella Galicia, dice que la actividad en salas pequeñas y medianas «va a ir incrementándose poco a poco, porque nadie quiere dar un paso adelante y tener que volver atrás con conciertos de rock sentados y esas cosas». Según él, cuando todo cogerá vuelto será «tras el verano, cuando empiecen a venir las giras de artistas de fuera, especialmente de Latinoamérica y del Reino Unido».
Por último, Kin Martínez —que, además de director de la agencia Esmerarte, es presidente de la Federación de la Música de España— dice que todo este tiempo ha sido un aprendizaje: «Al margen de la estrategia que se siga para convivir con este problema, lo que ha quedado de manifiesto es que este sector ha sido ejemplar a la hora de organizar los eventos y que ver un concierto no entraña peligro. El problema es que se nos ha catalogado con otras actividades con las que no tenemos que ver. Y no, somos cultura. Caminemos en este 2022 de un modo diferente y que no tengamos que ver machadas como las que vimos en el pasado».