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La iglesia de San Clodio, visible como no lo fue durante muchas décadas

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

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La finca contigua a la iglesia de San Clodio fue adquirida por Rectoral de Amandi y será plantada con viñas
La finca contigua a la iglesia de San Clodio fue adquirida por Rectoral de Amandi y será plantada con viñas

Los árboles que tapaban el ábside fueron talados para plantar un viñedo

08 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Por primera vez en muchas décadas, el ábside de la iglesia de San Clodio de Ribas de Sil es visible desde la distancia, ya que unos árboles que lo ocultaban —situados en una finca vecina— han sido talados por sus nuevos propietarios. Hasta ahora, para ver esta parte del edificio había que situarse muy cerca de él, en el recinto del cementerio ubicado junto a la iglesia.

Según explican desde el gobierno municipal, la finca en la que estaban los árboles —de 4,5 hectáreas de extensión—, fue adquirida por la empresa Rectoral de Amandi, que la utilizará para cultivar viñas. Para facilitar el uso agrícola de este terreno y de otras fincas colindantes, el Ayuntamiento de Ribas de Sil realizó recientemente una obra de alcantarillado con el fin de prevenir los encharcamientos que se registraban con frecuencia en la zona. El teniente de alcalde, Roberto Castro, señala que estas inundaciones se debían al desbordamiento de una tajea de Renfe que se saturaba de agua cuando se producían lluvias intensas. «Non era algo que pasase todos os anos, pero estas inundacións causaban moitos problemas aos donos das fincas afectadas e con esta intervención, as augas pluviais serán canalizadas e evacuadas sen que se desborden por estes terreos», apunta. En la obra se invirtieron unos 62.500 euros, de los que el 80% fue aportado por Augas de Galicia.

Por otra parte, los responsables municipales consideran que el hecho de que la tala de los árboles permita visualizar la iglesia en mejores condiciones ayudará a potenciar este edificio histórico como recurso cultural y turístico. El templo, datado en la primera mitad del siglo XII, perteneció en tiempos a la antigua abadía de San Clodio, de la que solo se conservan las ruinas. El monasterio existió al menos desde mediados del siglo XII y en 1809 fue asaltado e incendiado por las tropas napoleónicas, cayendo después en el abandono.

Visitas turísticas

El verano pasado, el Ayuntamiento desbrozó y limpió los restos del convento con el objetivo de hacerlos accesibles a las visitas turísticas. El gobierno municipal ha utilizado la presencia de las ruinas del monasterio y la iglesia a la que perteneció como argumento para solicitar la inclusión de la localidad en el trazado definitivo del Camino de Invierno, ya que hay documentación histórica que prueba que los peregrinos pasaban por la abadía.

Un lugar señalado del Camino de Invierno y también del geoparque Montañas do Courel

La relación de la antigua abadía de San Clodio con el Camino de Invierno se puso especialmente de manifiesto con la publicación en el 2015 del libro La peregrinación a Santiago de Diego de Guzmán, editado por el historiador y profesor universitario Julio Vázquez Castro. La obra recoge el texto de una especie de diario que escribió el eclesiástico Diego de Guzmán durante una peregrinación a Santiago que realizó en 1610 por encargo del rey Felipe III. El viaje de regreso lo hizo por el Camino de Invierno y en su transcurso se hospedó en el monasterio de Ribas de Sil, que estaba gobernado entonces por el abad Diego de Solís.

Por otro lado, la iglesia de San Clodio ocupa también un lugar destacado en el patrimonio histórico del geoparque Montañas do Courel. Ello se debe a que su ábside —una de las partes de origen románico del edificio que se han conservado— está construido con un tipo de roca característico de esta área de la cuenca del Sil, llamada tradicionalmente «pedra cabaleira». En la comarca solo hay otras dos iglesias edificadas con esta piedra. Una de ellas es de Montefurado y la otra es la de parroquia de Sequeiros, ambas en el municipio de Quiroga. La «pedra cabaleira» está compuesta de areniscas y aglomerados, y su formación data del Mioceno, entre hace veinte y treinta millones de años, por lo que es mucho más reciente que la mayoría de las rocas del geoparque.

El conjunto formado por la iglesia y las ruinas de la abadía, indica Roberto Castro «é un lugar de importancia histórica e xeolóxica e tamén un fito do Camiño de Inverno, polo que queremos promocionalo tanto como sexa posible».

Una visita a través de la realidad aumentada, con el antiguo abad Alonso de Solís como guía

El Ayuntamiento de Ribas de Sil tiene previsto poner en funcionamiento este año una aplicación de realidad aumentada que permitirá a los visitantes conocer el aspecto que tenía la desaparecida abadía de San Clodio. La iniciativa será financiada con una ayuda del grupo de desarrollo rural Ribeira Sacra-Courel.

El teniente de alcalde señala que el gobierno local está ahora seleccionando la empresa que se encargará de diseñar la aplicación. Para documentarse sobre la elaboración y el uso de estos dispositivos, Roberto Castro se desplazó al parque arqueológico de Segóbriga —en la provincia de Cuenca—, donde una empresa especializada trabaja en el diseño de aplicaciones de realidad aumentada para recrear construcciones antiguas de las que solo quedan ruinas.

En cuanto al diseño de la aplicación dedicada al monasterio de San Clodio, Castro señala por otra parte que en este dispositivo se utilizará la figura del abad Diego de Solís, que lo reconstruyó a principios del siglo XVII tras una etapa de abandono. Uno de los restos que quedan de la abadía es una lápida fechada en 1604 que recuerda esta reconstrucción. «O que pretendemos é que o propio abade Alonso de Solís sirva de guía aos usuarios da aplicación e lles explique a historia e as características do mosteiro», señala.