El maestro de obras palentino proyectó numerosos edificios en la ciudad entre 1877 y 1922
08 ene 2022 . Actualizado a las 13:51 h.De una forma concisa lo expresó muy acertadamente Jaime Garrido en el subtítulo del libro que dedicó a Jenaro de la Fuente Domínguez: «El gran artífice del ensanche vigués y su abundante obra arquitectónica». Y es que, entre 1877 y 1922, este maestro de obra castellano proyectó un gran número de edificios en Vigo.
Había nacido en 1851 en Villa de Torquemada, en Palencia y moriría en Vigo en 1922, ciudad a la que llegó en 1874 a través del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, al que accedió como maestro de obras. Jaime Garrido en su libro sobre Jenaro de la Fuente indica que comenzó a realizar pequeños proyectos para particulares en 1877, tarea que aun compaginó con la vida militar, las clases de dibujo que impartió en academias y en la Escola de Artes e Oficios, y el empleo como director facultativo de obras municipales.
Ecléctico y modernista
En esos casi cincuenta años de vida profesional, De la Fuente Domínguez contribuyó a levantar el Vigo moderno que crecía tirado por la burguesía comercial y de aprovechamiento marítimo, y por la cada vez mayor número de personas llegaban del interior de Galicia en busca de una oportunidad para mejorar sus vidas.
A falta de una preparación académica, Jenaro de la Fuente bebe de lo que está aconteciendo en la arquitectura europea. En sus primeros años, se situará en el estilo ecléctico que mezcla elementos de diferentes estilos de la historia de la arquitectura, con preferencia por los elementos ornamentales. De esta época se conservan numerosos ejemplos todavía en pie, como la actual Sede Afundación, de 1884, rehabilitado hace 20 años por Alberto de Cominges y Pedro de la Puente. La actual biblioteca central Juan Compañel también salió de su estudio en 1889.
En realidad, todo el centro de Vigo es una sucesión de obras de este hombre. Desde O Berbés, donde dejó el edificio correspondiente a los números 31 y 33, hasta Urzaiz, donde levantó para Benigno y Camilo Fernández un hermoso edificio en el número 28 ya bajo la influencia del modernismo, el otro estilo que promovió, especialmente en sus aspectos decorativos.
Quizá sea el edificio Bonín, en el 40 y 42 del Areal, el edificio más grandioso de cuantos se conservan en pie. De los desaparecidos, sin duda, el Rovira, que estuvo situado donde hoy se levanta la sede central del BBVA, acapara todos los elogios de los amantes de la arquitectura histórica y representa un tiempo en el que no se tuvo muy en cuenta en la ciudad el valor del pasado.
No son pocos los edificios de Jenaro de la Fuente que fueron derribados, como la fábrica de conservas de Alonso Santodomingo en Serafín Avendaño, o la Agencia Escalera en la Ronda, justo frente al Marco.
Otros puntos de la provincia
El arquitecto palentino también dejó grandes y pequeñas obras en otros puntos de la provincia. Las más significativas fueron el Gran Hotel de Mondariz; el chalé de Augusto González Besada, en la carretera de Pontevedra a Sanxenxo; el palacio de Lourizán, en la carretera de Pontevedra a Marín; villa Angelita (hoy Florida, en O Porriño, que está a la venta por dos millones de euros; y la casa consistorial de Gondomar, realizada entre 1896 y 1906. También hay obras suyas en A Guarda, Baiona, Vilagarcía y Ponteareas. Y fuera de la provincia, en Ourense y Santiago de Compostela.
Jenaro de la Fuente Domínguez también dejó varios pedestales muy conocidos en Vigo, como el que soporta en la Alameda a Méndez Núñez, o el de Elduayen, en los jardines de Montero Ríos.
La obra de este maestro de obras fue enorme y define, en gran medida, el crecimiento espectacular de la ciudad a comienzos del siglo XX. Su hijo, Jenaro de la Fuente Álvarez, sí pudo estudiar arquitectura y también dejó grandes obras en la ciudad, aunque no alcanzó el relieve de su padre.