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El Camino sobrevivió al covid y dejó en el 2021 casi 70 millones en el mundo rural

Cristóbal Ramírez

VEN A GALICIA

Xoán A. Soler

La Xunta ha encargado un informe al  CSIC-Padre Sarmiento sobre las nuevas rutas que aspiran a ser homologadas por la Administración

10 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Podría haber sido peor: las casi 180.000 compostelas expedidas en el 2021 indican que el Camino de Santiago se ha salvado del covid. El número de peregrinos, muchos de los cuales no se acercan a coger ese secular certificado, pasa sin duda de los 200.000, y eso es una buena noticia para Galicia, entre otras prosaicas razones porque como mínimo han dejado 70 millones de euros. Una cantidad que puede estimarse como modesta pero que no lo es: hay que tener en cuenta que la gran parte ha ido a parar a pueblos pequeños y aldeas, puro mundo rural que cruzan las rutas jacobeas, léase Triacastela, San Cristovo de Cea o Abadín, por citar ejemplos.

Y ello permite prever un buen 2022 pero también un satisfactorio 2023. Porque la gran mayoría de esos peregrinos son nacionales. Estados Unidos, tercer país emisor, mostrará su fuerza más dentro de quince meses que dentro de cuatro, por seguir con los ejemplos. Y eso sin contar que los extranjeros siempre se mostraron remisos a desplazarse en año santo porque prefieren la tranquilidad del siguiente a la masa humana que en fila ocupa los caminos más frecuentados. Procede ser optimistas.

Más allá de este año santo

Ante la avalancha de supuestos caminos, la Xunta ha optado por encargar al CSIC-Padre Sarmiento que en el plazo de dos años elabore un informe de cada uno de los aspirantes, basándose en su posible historicidad. Si bien sorprende que ese encargo no se le haya hecho al Comité Internacional de Expertos, la iniciativa encierra aspectos positivos y negativos. Por un lado, evita el caos que se podría formar si se le ocurre reconocer alguno en este 2022. Pero por otro da la impresión de que no se puede dar carpetazo con la verdad: no hay soporte histórico porque no hay camino.

De todas formas, la decisión de la consellería que capitanea Román Rodríguez garantiza la paz en los próximos meses en los cuales, sin duda, aparecerán más aspirantes a recibir el marchamo oficial y no solo el que otorga la Iglesia, que los reparte a diestro y siniestro.