Municipios y comunidades de montes divulgan los petroglifos que atesora el área de Vigo
14 mar 2022 . Actualizado a las 22:08 h.Los expertos en prehistoria no son capaces de explicar claramente el significado de los petroglifos, aunque siempre los relacionan con un simbolismo vinculado a alguna concepción espiritual. Algún estudioso le añade un carácter geográfico, tanto relacionado con los astros como con los territorios donde se encuentran. Tanto si encierran un enigmático mensaje como si solo representan la naturaleza, los petroglifos son abundantes en Galicia, en mayor medida en la franja occidental, y recorren una tipología muy amplia.
Aunque en el período megalítico (hace unos seis mil años) ya se pueden localizar petroglifos en paredes interiores de algunos dólmenes, no será hasta la Edad de Bronce (hace aproximadamente, cuatro mil años) cuando se multiplica al aire libre este tipo de manifestaciones, ya sean artísticas, espirituales, de orientación geográfica o que obedezcan a cualquier otro motivo. Entre los que reproducen escenas, casi a modo documentalista, sobresale por encima de todos el petroglifo de Auga dos Cebros, en el municipio de Oia. Está en el lugar de O Viveiro, en la parroquia de Pedornes. Su gran singularidad radica en que representa una embarcación mediterránea del segundo milenio antes de Cristo, lo que estaría confirmando las relaciones entre el Atlántico y el Mediterráneo en unos momentos muy tempranos. En este municipio hay una gran cantidad de ejemplos de estas representaciones prehistóricas, incluso, las comunidades de montes organizaban, antes de la pandemia, visitas a estos lugares.
Un municipio tan urbanizado como Vigo tiene registrados 60 conjuntos, alguno en un punto tan céntrico como el monte de A Guía. Es el de Gondosende, situado en pleno camino hacia unas casas y, por lo tanto, expuesto a su desaparición, algo que parece importar poco. También es singular el de Redondelos, en Matamá. Algunos autores creen ver varios ídolos en las figuras que se encuentra en el monte de O Fabal. También tiene gran importancia el conjunto denominado Millaradas, de Matamá, donde se puede ver la representación de un ciervo. Fragoselo, en Coruxo, es otro de los puntos importantes para ver petroglifos. Pedra Moura es el más representativo.
Mondariz es otro municipio donde se han encontrado numerosas y valiosas insculturas. En la parroquia de Sabaxáns, cerca de la iglesia de San Mamede, se puede ver el conjunto de Pé da Mula. En el se incluye el laberinto más grande de la costa atlántica. En la parroquia de Gargamala también se encuentra otro conjunto importante de petroglifos. El grupo de cazoletas y círculos de Mourelle es también digno de ver.
Ya en As Neves, está bien indicado el conjunto de Taboexa-Laxe da Coutada, preparado para las visitas y con paneles explicativos. En Ponteareas se pueden ver también algunos ejemplos de estas manifestaciones rupestres. Incluso, hay una piedra cortada en la biblioteca pública conocida como Chan da Gándara. Aunque el más famoso de este municipio es la Serpe de Troña, localizada dentro del propio castro de Troña y con varias leyendas relacionadas con este grabado.
Otro municipio interesante para quienes quieran conocer estas manifestaciones prehistóricas es Redondela, concretamente monte Penide. La asociación cultural Alén Nós dispone de una página web en la que es posible hacer un recorrido por esta zona del municipio redondelano, con las correspondientes indicaciones. Además, se proporcionan las rutas para poder visitar las rocas donde se encuentran las insculturas. Pedra das Rodiñas, A Gándara y A Pedreira son otros lugares de Redondela donde se pueden apreciar los relieves.
No muy lejos, en el municipio de Pazos de Borbén, se hallan varias estaciones rupestres. Si se quieren ver combinaciones circulares se puede acudir a As Teixiñas, mientras que en Os Pinos de Reboreda se pueden apreciar elementos zoomorfos.
Donde más conjuntos se han encontrado es en el municipio de Gondomar. Quizá el más conocido sea el llamado Auga da Laxe, que recoge una agrupación de armas en la que destaca una espada de gran tamaño. El de O Sobral muestra un grupo de caballos muy esquematizados. En algunos de estos petroglifos hay (en algunos casos, hubo) indicaciones informativas, que, además recuerdan que no se deben pisar las piedras donde están los grabados.
Otro lugar espectacular es monte Tetón, en Tomiño. En la zona conocida como Portaxes se sitúa un gran conjunto de grandes círculos. Está señalizado y se ofrece un recorrido. En el vecino municipio de Tui, el Concello organizaba antes de la pandemia visitas guiadas a los conjuntos de Macoca y Alto dos Cubos. Sin abandonar el Baixo Miño, en el castro del Trega, en A Guarda, también se pueden ver representaciones rupestres junto a las ruinas de alguna casa. O Rosal también muestra ejemplos, como los situados en Outeiro de Xiasta o el laberinto de Marzán.
En la comarca de O Morrazo también se han localizado. En Cangas hay varios en el entorno del monte Herbello, mientras que en Moaña se pueden ver en el castro de Montealegre, recientemente excavado. Para ver mejor estas representaciones rupestres es siempre mejor ir al atardecer, cuando hay más contrastes de luz.