En 1928 el municipio encargaba al arquitecto Manuel Conde Fidalgo la creación de una zona de recreo. A los recursos iniciales, y los incorporados después, se sumará este año el Museo do Papel de Galicia
16 ene 2022 . Actualizado a las 17:38 h.En los felices años 20 O Carballiño era una villa balnearia de buenas casas de piedra levantadas a la sombra de una feria creada por los monjes de Oseira y del primigenio barrio de Flores. Ni querer sabía, ni se vislumbraba, del desarrollismo que trajeron consigo los cuartos de la emigración y el urbanismo de los nuevos ricos. Corría el año 1928 cuando la autoridad local decidía municipalizar lo que hasta entonces era el monte comunal de la vecina parroquia de Mesego para transformarlo en una zona de recreo en la que se conjugasen armoniosamente descanso, tranquilidad, salubridad y belleza natural. De la mano del arquitecto ourensano Manuel Conde Fidalgo (Allariz, 1897 - Ourense, 1984) nacía un parque municipal de 32 hectáreas colmado de arbolado, senderos, plazas, avenidas y caminos que bordean el río Arenteiro. Un espacio de silencio y tranquilidad que quedó enmarcado por dos de los símbolos de la villa ourensana: el Gran Balneario do Carballiño y la Piscifactoría donde se crían las truchas para repoblar los ríos gallegos -en su origen del Icona y en la actualidad de la Xunta de Galicia-.
Rutas y parque etnográfico
Más de 90 años dan para mucho y el parque carballiñés dista bastante de aquel de pequeños quioscos de piedra y sillas de tijera para disfrutar del verano, baños en el río e idílicos paseos en barca por sus aguas. El espacio natural que recorre el margen izquierdo del Arenteiro ha pegado un estirón, supera las 40 hectáreas, y además de ser el pulmón verde de O Carballiño es lugar de ocio para los vecinos de la villa y las personas que se acercan hasta la misma para disfrutar de sus paseos e instalaciones.
En los últimos lustros el parque ha ido incorporando espacios como el conjunto pétreo de la Pena dos Namorados, un viejo molino -el Muíño das Lousas- transformado en restaurante que permite disfrutar de sus instalaciones junto al río, un cámping con restaurante -A Maquía-, casas tipo palloza y área de autocaravanas; y un conjunto etnográfico integrado por varios molinos en línea.
Y todo ello sin olvidar su esencia inicial de masa arbolada con senderos para recorrer todos los rincones del recinto municipal. Una faceta que se ha visto potenciada por una ruta circular por los márgenes del río Arenteiro, con un trazado de ocho kilómetros, o la que enlaza la villa con Pazos de Arenteiro (Boborás).
Museo de Gallego Jorreto
Los recursos del parque se ampliarán en este 2022, cuando se abra el Museo do Papel de Galicia. Estará ubicado en la antigua fábrica de papel de A Lavandeira, un edificio situado en el margen derecho del río Arenteiro que fue recuperado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto (O Carballiño, 1936). El proyecto está en fase de musealización.