Patrocinado por

Un aficionado a la apicultura descubre una nueva «alvariza» en la Ribeira Sacra

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

VEN A GALICIA

Está rodeada de maleza y puede ser la de mayor tamaño de la provincia

17 ene 2022 . Actualizado a las 12:04 h.

El hallazgo no ha sido casual porque Antonio Rodríguez, apicultor y viticultor aficionado de la localidad de A Ferreirúa, en Nogueira de Ramuín, lleva años investigando e interesándose por el patrimonio etnográfico de la Ribeira Sacra. Sin embargo, la alvariza que acaba de localizar puede ser la más grande de Ourense. Hace años que comenzó a buscarlas a través de ortofotos y con trabajos de campo. Así, afirma, tiene constancia de la existencia de unas doce en el cañón del Sil ourensano, aunque todavía no ha podido visitarlas todas.

Pero la última que localizó es diferente. Señala que puede tratarse de la mayor tamaño de la provincia, por lo que esta misma semana se desplazó a la zona. Está llena de maleza y escondida pero, subraya, las imágenes aéreas permiten saber sus dimensiones. «Tiene forma lobulada, posiblemente por ampliación de una construcción original de forma ovalada (26 metros en su lado más ancho). En total ocupa una superficie de 750 metros cuadrados. Comparándola con la alvariza de Pé de Home, de 240 metros cuadrados, esta triplicaría su capacidad, con lo que no se descartaría que originalmente perteneciese al Monasterio de San Esteban de Ribas de Sil, muy próximo a su asentamiento», explica.

Antonio Rodríguez relata que para poder llevar a cabo la recuperación de estos espacios cuenta con la colaboración de Móvete por Nogueira, una asociación involucrada en la puesta en valor de los recursos paisajísticos de la zona a través de varias rutas de senderismo, señalización de lugares de interés, limpiezas y accesos a miradores sobre el Sil. Ellos rescataron hace años la alvariza de Pé de Home, que es perfectamente visible desde un mirador al Sil.

«Lo que quiero es sacarlas a la luz para que se sepa y se protejan. Estoy intentando preparar un inventario para pasar a los técnicos del Concello para que soliciten su inclusión como patrimonio etnográfico», explica Rodríguez. El objetivo, añade, es evitar su deterioro o desaparición como ha sucedido con varias alvarizas que por desconocimiento, desidia o mala gestión en la realización de obras o reforestaciones de montes comunales, han sido arrasadas.

Las alvarizas fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2018. Estas construcciones levantadas alrededor de las colmenas para evitar el ataque de los osos, entraron en desuso hace dos siglos, cuando estos animales desaparecieron de los montes ourensanos.

«Eran muros de 2 metros de altura de media y 70 centímetros de ancho coronados con grandes losas para impedir su escalada, la entrada era a través de una puerta de reducido tamaño para garantizar su infranqueabilidad, o a través de una escalera de madera que se guardaba en las proximidades», explica Rodríguez sobre estas construcciones, que también se denominan albares, abellarizas, cortizeiras, colmear, talameiro o cortines, dependiendo del territorio donde se encuentren.