La peculiaridad, el simbolismo y la complejidad se hacen notar en estas joyas arquitectónicas
16 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El área de Barbanza es territorio de cruceiros. Estas joyas de la arquitectura lucen en los cruces de los pueblos de la comarca o en sus costas. Decía Castelao que un cruceiro es «un perdón do ceo» porque son monumentos que se erigen para hacer perdonar algún pecado. Señas de identidad del paisaje gallego y expresión de la devoción popular, son más de 500 los que se elevan en Barbanza. Muchos de ellos esconden historias, otros destacan por su complejidad y algunos se convierten en miradores. Hay más de treinta rutas que ofrecen la oportunidad de visitar, bien por tierra o por mar, estos grandes olvidados del patrimonio gallego.
abuín
Restauración laboriosa. Esta peculiar obra, elaborada en el año 1789 y donada por la familia Abuín un siglo más tarde al Concello de A Pobra, estuvo a punto de desaparecer. Nueve años atrás, los vecinos la encontraron partida por la mitad y con los restos esparcidos por el suelo. Nadie sabe qué pasó, pero la idea de que el destrozo lo causara un tractor gana la partida entre la gente de la zona. Tras su restauración, a finales del pasado año, se ubicó en la misma carretera secundaria, donde tienta a la suerte de volver a acabar por los suelos. El cruceiro de la parroquia de Santo Isidro de Posmarcos luce de nuevo después de una laboriosa y tardía restauración.
tres cruces
Un mirador a la ría de Arousa. El cruceiro de las Tres Cruces, uno de los más bellos de Barbanza, se convierte en mirador para todo aquel que desee contemplar el encuentro del río Ulla y la ría de Arousa. Las tres cruces que se elevan sobre las rocas fueron ubicadas cerca de la ría como recuerdo del paso del cuerpo de Santiago Apóstol, cuando lo llevaron en barco desde Palestina hasta la capital gallega. Este rincón junta naturaleza, mar y simbolismo, así se convirtió en uno de los puntos fuertes de la ruta Xacobea do Mar de Arousa e o Río Ulla.
eiroa
La singularidad de la comarca. A la salida de Noia, en dirección Muros y en medio de una encrucijada de caminos en el lugar de Eiroa se encuentra el cruceiro que lleva el mismo nombre. Esta pieza es una de las más emblemáticas de Barbanza. A su lado tiene un peto de ánimas que, dicen, hace notar desenclavo y la pericia del artista. Ubicado en una peligrosa curva en la parroquia de noiesa de Barro, este singular monumento fue víctima de varios accidentes de tráfico.
a barreira
Complejidad en forma de pedestal. La obra, datada en el siglo XVI, está localizada en la parroquia de San Xulián de Tarás, en el concello de Outes, y es una de las más complejas de la comarca. La cruz se asienta sobre una plataforma de tres escalones y el pedestal lo forman dos cuerpos. El primero de ellos tiene una base cuadrada y el segundo posee forma hemisférica. Lo que más llama la atención de esta pieza outiense es la culebra que está en la parte superior del pedestal, por la parte que da a la carretera. En el reverso puede apreciarse un triángulo que acaba en dos cabezas y un reptil de cuatro patas. La complejidad puede observarse en la cantidad de figuras que conforman el pedestal del cruceiro; un peregrino, un obispo, un fraile, una santa, la Virgen y un Cristo. La otra cara de la moneda, el cruceiro de San Pedro de Outes, es conocido entre los vecinos porque sus piezas estuvieron durante tres décadas desperdigadas en varias fincas, sin saber el motivo, hasta que en el año 2012 lograron recomponerlo.
En Boiro
Clavario de San Roque. Caminando por las calles de Cespón, en Boiro, se llega a un cruce de caminos en el que está el cruceiro conocido como Calvario de San Roque. Hay muy pocas obras en Galicia con sus características. Tres cruces se elevan sobre un pedestal de piedra graniza. Levantado en el año 1585 y protegido por Patrimonio, constituye una obra que no pasa desapercibida para los visitantes y que tiene un gran calado para los vecinos.
En Porto do Son
En la iglesia de Noal. Ahí se levanta el simbólico cruceiro de Porto do Son creando una bella estampa en la que confluyen mar y tierra. Al contrario de otras obras de este tipo, esta pieza destaca por su sencillez. Marcos creo