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Un mirador para viajar en el tiempo

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El río Ulla es frontera natural entre las provincias de Pontevedra y A Coruña, con un enclave geológico excepcional de cuarzo y dos puentes de ferrocarril que simbolizan la evolución de la arquitectura civil

22 ene 2022 . Actualizado a las 08:22 h.

Disfrutar de la naturaleza y al mismo tiempo de dos construcciones de referencia de la arquitectura ferroviaria de Galicia solamente es posible en un espacio como el mirador de Gundián, en Vedra, con vistas inigualables sobre el cañón que separa las provincias de A Coruña y Pontevedra. El agua y la mano no siempre delicada del hombre son las artífices de toda esta belleza que invita a disfrutar de las vistas del Ulla, un río cuyo caudal discurre en este punto por un paso de cuatro metros de ancho y veinte de profundidad, flanqueado por dos torres de cuarzo con cincuenta metros de caída vertical y coronadas por un viaducto ferroviario de piedra y armazón de hierro inaugurado en 1958 tras un complicado y dilatado proceso de construcción.

Este viaducto supuso un antes y un después en la comunicación de Galicia con la meseta gracias a la línea de ferrocarril Ourense-Zamora. Este icónico puente de diseño clasicista fue durante medio siglo rey y señor del cañón de cuarzo del Ulla, único en Europa, aunque también cuenta en su debe con los daños que su construcción ocasionó a los restos del monasterio de San Xoán da Cova, con una parte excavada en la roca que sobrevivió a una riada en 1571 y que cuatro siglos después quedó sepultada por las piedras y la tierra arrojada durante las obras.

Con más mimo medioambiental y un diseño y tecnología del siglo XXI, el viejo puente, muy mimetizado con el entorno, tiene la compañía de otra impactante referencia de la arquitectura civil: el viaducto construido para dar servicio a la línea del AVE entre Santiago y Ourense. Sus 630 metros de largo y una altura máxima de 117 metros lo convierten en el puente más alto de las líneas de alta velocidad de España. Prueba de su singularidad fue la concesión del premio San Telmo 2011 con el que el Colexio de Enxeñeiros de Camiños, Canais e Portos de Galicia reconoce la mejor obra de ingeniería de la comunidad entre los años 2009 y 2010.

Su diseño, con nueve pilas y un arco central de V especialmente marcada gracias a sus 168 metros de luz, fue la respuesta arquitectónica para preservar una zona que goza de la consideración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) otorgada al sistema fluvial Ulla-Deza.

Precisamente para conocer parte de este espacio y el patrimonio que lo acompaña, el mejor punto de partida es una ruta senderista de 11,2 kilómetros de dificultad media que arranca en el mismo mirador de Gundián, ubicado a 50 metros sobre el nivel del Ulla. El itinerario lineal discurre por el margen derecho del río con parada en el núcleo de A Ponte Ulla. Continúa hasta el Muíño de Reboredo y sigue hasta el área recreativa de Agronovo, un lugar que en verano oferta el alquiler de barcas, piraguas o kayak para disfrutar del Ulla. El tramo llega hasta el coto de pesca de salmón de Ximonde y termina en Cubelas.

Desde el mirador, si el vértigo no es un problema, también se puede acceder al viejo puente, otro balcón al Ulla, y desde allí acercarse a la ermita de Gundián, cercana al viaducto nuevo.