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Ellos ponen a Astariz en el mapa

VEN A GALICIA

Santi M. Amil

Los vecinos de esta localidad de Castrelo de Miño apuestan por su pueblo

21 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Astariz, en el concello de Castrelo de Miño, no es un pueblo cualquiera. A la belleza de sus vistas, con el Miño de fondo y en primer plano los viñedos, se suman sus gentes. Porque los 50 vecinos de esta localidad no son unos residentes al uso.

Todo comenzó en el 2016 cuando en medio de una sosegada charla de tarde decidieron que ese San Xoán lo compartirían con una cena vecinal, acompañada de recolecta de hierbas para purificar la jornada. Ese año participaron 12, el posterior 20, en el 2018 llegaron a 60 y al siguiente decidieron abrir la celebración a todo el concello, superando las cien personas. También organizan desde hace cuatro años Aldea vella, un pasaje del terror por el medio del pueblo, en Samaín, o llenan de árboles de madera y muñecos de nieve las calles de la localidad cuando es Navidad.

En medio, se propusieron compartir algo más que el código postal y convertir Astariz en pueblo con vida y color. Comenzaron a arreglar y pintar los bancos de las calles y a llenar de flores cada rincón del pueblo. Más tarde, decidieron colocar Astariz en el mapa. Así, instalaron en la OU-402 varias flechas con las distancias que hay desde esta localidad a Tokio, Oslo, Miami, México o París. Pero también a la vecina aldea de Puga, a la ciudad de Ourense o a la playa de Samil. Todo de forma artesanal, porque cada vecino tiene un cometido. Pepe Pérez se encarga de tener el pueblo lleno de flores y riega; y Enrique Taboada se dedica a desbrozar y a mantener las calles limpias. Este último es también el manitas y fue el encargado de fabricar las flechas de las distancias, junto a Berto Rodríguez, pintadas por Sonia, la hija Enrique. A ellos se suman Luis, Elvira o Concha, entre otros más, que siempre echan una mano en lo que pueden: desde barrer el pueblo, ir a comprar las flores, ponerlas en las macetas o cambiar las bolsas de la basura. «Cada un vai facendo canto pode no día a día. Pedimos permiso ó Concello de Castrelo de Miño e dixéronnos que non había problema. A idea é manter o pobo. De feito, hai xente que ven en verán polo florido que está, moita», explica Sonia. Para todos ser de Astariz es un orgullo. Se nota en sus caras y cuando cuentan la cantidad de ciclistas —la OU-402 es muy transitada por ellos— que se paran en el banco para hacerse una foto. Dicen que en la primavera Astariz estará todavía más bonito. Este jueves fue San Sebastián, patrón de la localidad. Desde que vivimos en pandemia no han podido sacar en procesión al santo. También son los primeros que se apuntan. Aunque a algunos de ellos les gustaría poder visitar en breve Oslo, París o Tokio, de momento se quedan con Astariz. Se trata, afirman, de cuidar el entorno en el que viven y de dar vida a los pueblos.