Albergues del Camino Norte y del Primitivo tienen ya importantes reservas para el verano
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Responsables de locales prevén un buen 2022, con clientela española y extranjera
23 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El Camino del Norte y el Primitivo se preparan para un buen 2022. Responsables de albergues privados situados en ambas rutas jacobeas reconocen que tienen ya importantes reservas para próximos meses, y coinciden, con algunos matices, en que este año puede mostrar de nuevo la vitalidad de esos dos itinerarios jacobeos. Si en algún caso se introduce un matiz de prudencia, se debe a posibles impedimentos derivados de la pandemia y al aumento de casos de coronavirus.
En lo que sí coinciden los responsables de establecimientos privados es en reconocer el auge de los dos caminos y en destacar la presencia de peregrinos españoles y extranjeros. Que la Xunta haya ampliado a este 2022 la condición de año santo parece haber sido una decisión de consecuencias favorables para el sector.
Roberto López, que tiene en A Fonsagrada el albergue Casa Cuartel, no oculta su ilusión ante los próximos meses. «Teño esperanzas de que este ano esteamos a tope», dice. Las esperanzas parecen fundadas, ya que lleva semanas recibiendo consultas y peticiones de reservas para próximos meses. Si se cumplen esas expectativas, por su negocio pasarán clientes españoles y extranjeros: por ejemplo, un grupo de Ucrania, formado por 22 personas, tiene intención de alojarse en su albergue en septiembre.
El 2021 no fue malo pese a las limitaciones que impuso el coronavirus: admite que el problema estuvo en la reducción de aforos, no en el número de personas en la ruta. López incluso afirma que en estas semanas, en pleno invierno, aún pasan algunos peregrinos.
José Muñiz —responsable de A Pociña de Muñiz, en Castroverde— confiesa ser optimista para los próximos meses, pues está recibiendo un buen número de reservas. «A xente ten gana de saír», manifiesta. Llaman clientes españoles pero también extranjeros: por ejemplo, ha tenido alguna petición procedente de Alemania y de Estados Unidos. Ese detalle, de todos modos, no le supone una novedad, ya que recuerda que en el 2018, año de apertura del negocio, hubo días en que todas las plazas estaban ocupadas por clientes extranjeros. Muñiz también admite que el 2021 «non foi un ano malo, foi bastante bo».
José Manuel Roca, que está al frente de A Nave de Ferreira (Palas de Rei), se muestra igualmente esperanzado: «Son moi optimista», dice. Sin olvidar que la evolución de la pandemia puede matizar esas palabras, explica que tiene reservas para próximos meses y que el 2021 tuvo meses de alta actividad, con importante presencia de peregrinos alemanes.
Si del Camino Primitivo se pasa al del Norte, las impresiones son muy parecidas. Paulino González, que hace años abrió en Vilalba el albergue Castelos, cree que el 2021 puede ser un buen año si las condiciones sanitarias no empeoran e imponen de nuevo restricciones a la movilidad: «Pódese manter un certo optimismo», afirma.
En su negocio se están recibiendo ya consultas y reservas, realizadas por clientes de otras comunidades autónomas que prevén peregrinar en grupo. Por tanto, agrega, en los próximos meses puede mantenerse o mejorar la tendencia del 2021: «Non foi moi malo», comenta González.
Helena Pais, que atiende en Guitiriz el albergue Witiricus, también confirma que está recibiendo reservas para Semana Santa y para el verano, realizadas por clientes de España pero también de otros países. Aunque cree que el pronóstico para los próximos meses es complicado porque pueden variar las circunstancias sanitarias, sí dice que el 2021 fue un buen año, hasta el punto de que las plazas disponibles en los albergues fueron en algún momento insuficientes.
Al aire libre
Javier Campo, que atiende en Friol el albergue A Lagoa, también está recibiendo reservas de clientes españoles y extranjeros —prácticamente al 50 %, explica— para próximos meses, y comenta que el 2021, sobre todo en verano, fue un año bueno. En cuanto a las razones por las que los peregrinos eligen estas rutas, los responsables de albergues afirman que tanto el Camino del Norte como el Primitivo están muy lejos de la masificación que se observa a veces en el Camino Francés. Por otro lado, recorrer el Camino de Santiago, al margen del itinerario elegido, permite estar en contacto con la naturaleza, lo cual, explican los albergueros, da un valor añadido en estos tiempos de pandemia.
La presencia de peregrinos se recuperó el año pasado tras la gran caída registrada en el 2020
El Camino Primitivo tuvo el año pasado 10.143 peregrinos, y el del Norte, 9.595, según datos facilitados por la Xunta. Esos números muestran una gran recuperación tras la fuerte caída del 2020, año en que las restricciones de la pandemia se notaron con más fuerza. En el 2020, por el Camino del Norte pasaron 3.804 peregrinos, mientras que el Primitivo fue recorrido por 3.399.
Las expectativas que expresan los responsables de albergues tienen, pues, una clara base si se observa la tendencia del año pasado: el número de peregrinos en el Camino del Norte superó claramente el doble de los del 2020, mientras que el crecimiento en el Primitivo estuvo muy cerca de triplicar las cifras. De todos modos, aún quedan lejos estadísticas como las del 2019: ese año el Camino del Norte tuvo 19.019 peregrinos, y el Primitivo, 15.715.
Por otro lado, ambas rutas se han convertido ya en fuente de ingresos y en un elemento presente en la vida cotidiana de muchos lugares. «Para unha vila coma a Fonsagrada, representa moito», dice el alcalde, Carlos López. La presencia de peregrinos anima Abadín, admite el regidor, José María López Rancaño.