El Concello de O Saviñao y la Xunta estudian cómo gestionar el albergue de Diomondi, que esperan abrir este año
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El gobierno local espera que las obras puedan estar terminadas en abril
25 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El Ayuntamiento de O Saviñao estudiará con la Xunta la fórmula que se adoptará para gestionar el futuro albergue de peregrinos que se está construyendo en el edificio histórico del Palacio de Diomondi y que se pretende poner en funcionamiento a lo largo de este año. Según explica el alcalde, Juan Carlos Armesto, las obras están «francamente avanzadas, tanto no interior como no exterior do edificio» y el gobierno local espera que puedan estar concluidas para el mes de abril, aunque puntualiza que es solo una estimación. El regidor señala que antes de las fiestas navideñas contactó con responsables del Gobierno gallego y añade que en breve plazo se hará una visita para comprobar la marcha de las obras.
El alcalde apunta que todavía no se ha decidido cuál será el sistema de gestión para el futuro albergue una vez que terminen las obras. «Nos outros albergues das rutas xacobeas hai diferentes opcións, como contratar albergueiros ou adxudicar mediante un concurso a explotación do establecemento», explica. «O que pretendemos desde o Concello é que se escolla unha fórmula e se vaia preparando por adiantado a documentación necesaria para poder resolver o proceso tan cedo como sexa posible», añade.
Lo ideal, a juicio de Armesto, sería que el albergue pudiese estar preparado para empezar a acoger visitantes entre mayo y junio. «Pero unha cousa é o meu desexo e outra cousa é que se poida facer realmente nos próximos meses», puntualiza.
Valor histórico
El albergue de Diomondi será el primero de carácter público creado por la Xunta en el tramo lucense del Camino de Invierno. El edificio que ocupará el establecimiento posee un considerable valor histórico, ya que sus orígenes se remontan a la época medieval y durante un tiempo sirvió como residencia de verano de los obispos de Lugo. En épocas posteriores sirvió también como prisión y finalmente como casa rectoral. Desde que dejó de tener esta función, el inmueble no volvió a tener otro uso, lo que hizo que sufriese un importante deterioro.
A finales de diciembre del 2010, la fachada del palacio sufrió un derrumbe parcial y el edificio tardó varios años en ser rehabilitado, lo que dio pie a que fuese incluido en la «lista roja» del patrimonio en peligro de la asociación Hispania Nostra. La restauración de la fachada se completó a finales del 2015.
Según el proyecto de la Consellería de Cultura, el albergue contará con 33 plazas, una zona de aseos y un área de recepción de peregrinos.