El Museo do Pobo recrea con piezas únicas la historia antigua de Galicia
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La colección permanente reúne material lítico, ánforas o estelas romanas
29 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Una reproducción a tamaño natural del mapa de Galicia de Domingo Fontán da la bienvenida al visitante en la nueva sección del Museo do Pobo Galego, consagrada a recrear la historia de la comunidad de una manera muy clara y didáctica, valiéndose de paneles explicativos, objetos táctiles, vídeos inmersivos en el paisaje y piezas únicas que van desde los bifaces del Paleolítico hallados en Gondomar, puntas de flecha del Neolítico, ánforas romanas o esculturas como el hierático ídolo de Caraveles, procedente de Urdilde (Rois).
La rehabilitación del complejo de San Domingos de Bonaval le permitió al Museo do Pobo ganar 16.000 metros cuadrados, que en buena parte serán ocupados por la nueva sección de historia de Galicia, que amplía la orientación de un centro que jugaba sobre todo en la liga de los museos etnográficos. De momento, se abrieron al público las estancias que recrean la historia desde los orígenes hasta los suevos, que formaron en la antigua Gallaecia el primer reino de Europa, incluso seis décadas antes de la caída del Imperio romano de occidente en el año 476.
La intervención en el Museo do Pobo permitió «descubrir el edificio original lo máximo posible». Lo explica la arquitecta Desirée González, de Estudio GD, encargada de proyectos como el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria, el Museo do Viño de Ribadavia, o el acondicionamiento de varias salas y exposiciones del Museo del Prado. Destaca que en la actuación rehabilitadora de Bonaval se apostó por materiales que ya existían: madera de castaño y granito.
El contacto inicial del visitante con el museo es inmersivo. Un vídeo de cuatro minutos del artista Xacobe Meléndrez Fassbender, proyectado en una pantalla gigante con música de Abe Rábade, recorre paisajes singulares como el Xallas, la Terra Chá o el Sil, en los que se fraguó la historia de un pueblo. En una sala anexa, y bajo el consejo del geólogo Francisco Canosa, se exhibe una muestra con las principales rocas y minerales de Galicia, con el granito y el cuarzo a la cabeza.
Los primeros pobladores
En ese marco físico se desarrolló una cultura primigenia, de la que quedan testimonios como los utensilios del Pleistoceno hallados en Chan do Cereixo (Gondomar). El museo reúne varios bifaces que los primeros pobladores de Galicia utilizaban para cortar o raspar carnes y pieles.
De la Cova da Moura, en Argalo (Noia), donde se alza un dolmen con 5.000 años de edad, proceden las puntas de flecha que se muestran en la sala para ilustrar la etapa de Neolítico.
El Museo do Pobo recibió en préstamo temporal o permanente piezas procedentes del castillo de San Antón, como el ídolo de Os Campiños, de Leiro (Rianxo), un molino de mano y otros elementos de la cultura castrexa, procedentes de Santa Tegra (A Guarda), o cerámicas, como la vasija de A Fontenla (Palas de Rei), descubierta durante la construcción de las autovías gallegas.
La Xunta cedió piezas como la aguja de hueso de San Cibrao, y el propio museo le saca brillo en las nuevas salas a sus mejores fondos, como las estelas romanas o la lápida perteneciente a un soldado de la Legión X Gemina encontrada por un labrador en Cícere (Santa Comba).
La sección de historia se frena en el siglo VI, con la conquista visigoda del reino suevo. Pero ya está proyectada la sala medieval, que Manuel Vilar, director del Museo do Pobo Galego, confía en que se pueda abrir el próximo verano, con la previsión de completar la sección, si hay presupuesto, en el horizonte de dos años.